¿Qué sabemos del Cerro de Mesa en Toledo?

Toledo (Toledo)

Esta semana en 'Factoría de cultura' Ángela Crespo trae al profesor Juan Pereira para hablar del yacimiento del Cerro de la mesa, en Alcolea del Tajo. Está cercano a otros yacimientos como Ciudad de Vascos y Dolmen de Azután.

El Cerro de mesa tiene un gran recorrido. Cuenta Pereira que la investigación que hicieron entre 2010 y 2012 fue sobre "la última fase de ocupación, en la segunda Edad de Hierro en la cultura betona". Se piensa que las casas se abandonaron a finales a del siglo II antes de Cristo cuando Roma controló todo el río y redestribuyó el área en tres grandes zonas de vado: Talavera, Cerro de la Vega y Talavera la vieja (Talaverilla).

El arqueólogo relata que los indicios más antiguos del yacimiento datan del siglo seis después de Cristo. Mediante pruebas realizadas con georadar se ha sabido que debajo de metro y medio de los restos bretones hay un poblado del siglo quinto, situado por el experto en la primera edad del hierro.

Menciona Juan Pereira que es muy probable que más abajo de todos estos vestigios haya otro poblamiento más disgregado de un asentamiento en el final de la edad de bronce, debido a que en la presa de Azután hay presencia de alfanjes moros.

Tras las imágenes aéreas de la localización el yacimiento hace referencia a su propio nombre, ya que según cuentan los arqueólogos tiene forma de mesa. Se encuentra en dirección Este-Oeste con una rampa hacia la orilla del río Tajo, utilizado para pasar los rebaños de Mesta en el que las monjas de San Clemente cobraban un peaje, relata el investigador.

Se sabe además, que hay unos surcos que se pasaron al poblado del bercial en la época franquista, tierras que se usaban para el cultivo. A pocos centímetros de la superficie se encuentran las estructuras de las casas y los materiales de la época.

Ángela Crespo menciona que es un "yacimiento muy somero" ya que tiene una muralla que fortifica a un poblado mediante bastiones. La localización actualmente siguen conservando gran parte de la estrutura. Esta está hecha de un material que al caer se convierte en un cemento que, según cuenta la experta en arqueología, no les permitió continuar con el descubrimiento por daños en la edificación.

Los descubrimientos más atractivos son: las armas que se depositaron en el agua en el bronce final; el área de santuario, restaurados y conservados en el Museo de Santa Cruz; así como, en la época betonas, los talleres de fabricación.

Actualmente, el embalse que tiene 70 años de antigüedad está destinando a regadío, otras expediciones y producción elétrica.