MAHLE cambia de presidente en plena polémica por el ERE en sus plantas de Motilla del Palancar y Paterna

El grupo tecnológico alemán MAHLE ha anunciado un relevo en la presidencia de su Consejo de Supervisión a partir del 1 de enero de 2026. El profesor Heinz K. Junker, que ha estado casi tres décadas vinculado a la compañía y diez años al frente del órgano de supervisión, cederá el testigo al doctor Michael Macht, ingeniero mecánico nacido en Stuttgart, ex consejero delegado de Porsche y miembro del consejo de administración de Volkswagen.

Macht, que desde 2020 forma parte del Consejo de Supervisión de MAHLE, asumirá así la dirección estratégica de la empresa en una etapa clave, marcada por la electrificación, la gestión térmica y el desarrollo de motores sostenibles, ejes de la estrategia MAHLE 2030+ impulsada por Junker.

Una transición marcada por el conflicto laboral en España

El anuncio del relevo en la cúpula coincide con un momento de gran tensión en España. MAHLE ha planteado un expediente de regulación de empleo (ERE) en sus plantas de Motilla del Palancar (Cuenca) y de Paterna (Valencia), que afecta a más de 700 trabajadores.

Los sindicatos y la plantilla mantienen un calendario de movilizaciones, con concentraciones, paros y protestas en la calle para denunciar lo que consideran un nuevo caso de deslocalización industrial. Reclaman a la dirección alternativas que eviten los despidos masivos y critican que el viraje hacia la electrificación y la reestructuración global del grupo se traduzcan en pérdida de empleo en España.

Agradecimientos y retos de futuro

Desde la dirección de MAHLE han agradecido la “contribución decisiva” de Junker al desarrollo de la compañía, destacando la etapa de crecimiento en ventas y adquisiciones como la del grupo Behr. Al mismo tiempo, han dado la bienvenida a Macht, al que señalan como la persona adecuada para guiar la nueva etapa de transformación tecnológica.

El reto inmediato para el nuevo presidente será consolidar la estrategia de electrificación y sostenibilidad, pero también gestionar el impacto social de las decisiones del grupo en países como España, donde las plantas de Motilla y Paterna se han convertido en un símbolo del choque entre la transición industrial y el empleo local.