Cambio de hora en entredicho: ¿cómo afecta a tu equilibrio emocional?
La psicóloga Raquel Rubio explica cómo el cambio de hora afecta al sueño, al estado de ánimo y a la rutina diaria, especialmente en personas vulnerables, en medio del debate que resurge mientras el Gobierno se plantea eliminarlo
Una psicóloga nos cuenta cómo el cambio de hora afecta a nuestro estado de ánimo
Con la llegada del otoño, vuelve también una circunstancia que divide opiniones: el cambio de hora. Cada seis meses, adelantamos o atrasamos las manecillas del reloj en nombre del ahorro energético, pero, ¿a qué precio? Más allá del ajuste técnico, este cambio tiene efectos reales en nuestro bienestar, como ha explicado en 'La Ventana de Castilla-La Mancha' la psicóloga Raquel Rubio.
Rubio advierte que, aunque para algunos puede tratarse de una molestia pasajera, para otros el impacto es más profundo y duradero. "Hay personas que tienen más dificultades para adaptarse al nuevo horario, y eso puede afectarles a nivel psicológico y físico", ha descrito.
Ansiedad, insomnio e irritabilidad: las consecuencias más comunes
Durante las semanas posteriores al cambio horario, los profesionales de la salud mental suelen detectar un repunte de síntomas como ansiedad, insomnio o bajones anímicos. "Empiezan a aparecer más casos de irritabilidad, dificultades para conciliar el sueño y despertares nocturnos. Todo esto repercute directamente en el estado de ánimo", ha detallado la psicóloga.
Además, la reducción de las horas de luz solar durante el horario de invierno agrava aún más la situación. "La llamada 'depresión de invierno' -aunque ahora ya no se use tanto ese término- tiene una base real y es que menos luz solar, mayor predisposición a síntomas depresivos y ansiosos".
Niños, mayores y personas con trastornos del sueño, los más vulnerables
Algunas personas son más sensibles a los efectos del cambio horario, especialmente quienes tienen rutinas muy marcadas. Niños, personas mayores o quienes sufren trastornos del sueño -como insomnio o apnea- suelen notar con más intensidad el desajuste.
También que ciertos trastornos del neurodesarrollo, como el TDAH o el espectro autista, pueden agravar las dificultades de adaptación al nuevo horario. "Estas personas necesitan rutinas muy estructuradas. Cualquier cambio, incluso una hora menos de sueño, puede tener un impacto significativo en su conducta y bienestar", ha señalado.
Consejos para adaptarse mejor al cambio de hora
Aunque no hay soluciones mágicas, mantener una rutina estable de sueño, intentando acostarse y levantarse a la misma hora; realizar una adaptación gradual, ajustando la hora de irse a la cama unos 10 o 15 minutos cada día antes del cambio; y aprovechar la luz natural lo máximo posible, saliendo a pasear, abriendo ventanas o trabajando cerca de la luz solar puede marcar la diferencia.
"La exposición a la luz natural es fundamental. Tiene un efecto directo sobre nuestro reloj biológico y ayuda a estabilizar el estado de ánimo", ha recalcado la especialista.
¿Un cambio permanente sería lo mejor?
Ante la propuesta del presidente del Gobierno de eliminar el cambio de hora, la psicóloga se muestra favorable. "Nuestra salud mental mejoraría si mantuviéramos el mismo horario durante todo el año. Nos adaptaríamos mejor y evitaríamos estos trastornos cíclicos", ha afirmado.
¿Y cuál horario sería más recomendable: el de invierno o el de verano? Desde el punto de vista de la psicóloga, el de verano tendría un mayor apoyo popular y además sería beneficioso porque "tener más horas de luz por la tarde nos ayuda a estar más activos y positivos, y la luz natural es clave para nuestro bienestar psicológico".