Adela Riquelme O’Crowley, la maestra que luchó por la dignidad docente y la igualdad salarial en el siglo XIX
Su paso por la Escuela Normal de Maestras de Ciudad Real marcó el inicio de una vida comprometida con los derechos de las mujeres

Postales Manchegas | Adela Riquelme O’Crowley, la maestra que luchó por la dignidad docente y la igualdad salarial en el siglo XIX
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Ciudad Real
En los últimos días de octubre, las Postales Manchegas se han detenido en la figura de Adela Riquelme O'Crowley, una mujer que dedicó su vida a la docencia y que, aunque nació en Cádiz en 1837 y falleció en Madrid en 1890, mantuvo un vínculo con Ciudad Real, donde inició su carrera profesional.
Adela Riquelme fue directora de la Escuela Normal de Maestras de Ciudad Real a partir de 1862, un cargo que obtuvo por oposición. Las Escuelas Normales eran los centros encargados de formar a los futuros maestros y maestras, y, en aquellos años, se habían separado por sexos. En el caso de Ciudad Real tuvo varias ubicaciones, una de ellas en la calle Azucena como muestra curiosamente el plano-censo de Sofí Heredia y Ruiz Arche que estos días se puede contemplar en la exposición conmemorativa de su centenario en el Antiguo Casino de Ciudad Real.
Su paso por esta institución marcó el inicio de una trayectoria docente brillante, desarrollada en diversas Escuelas Normales de España.
A lo largo de vida, Riquelme combinó una mentalidad conservadora en lo personal con un espíritu innovador en lo educativo. Fue una pionera en la defensa de la igualdad salarial entre profesores y profesoras. Sus esfuerzos no fueron en vano: en 1883, el Decreto de Gamazo reconoció por primera vez esa igualdad retributiva, y Adela fue una de las mujeres que impulsaron esa conquista, como recordaba el historiador y colaborador honorífico del Centro de Estudios de Castilla-La Mancha, Isidro Sánchez.
También denunció las carencias materiales de las Escuelas Normales femeninas, que contaban con menos recursos y espacios que las masculinas, como destaba Esther Almarcha, directora del Centro de Estudios de la UCLM. "Reclamó, entre otras cosas, la creación de bibliotecas para las alumnas, ya que las mujeres no podían acceder a las bibliotecas públicas. Consideraba que, si querían formarse, debían disponer de sus propios medios de consulta y estudio", apuntaba Almarcha, añadiendo que Riquelme "defendía que las maestras debían instruirse no solo en materias académicas, sino también en higiene familiar, educación doméstica y salud", reflejando así las tensiones de su tiempo: mujeres que luchaban por abrirse paso en el ámbito profesional sin dejar de asumir los roles tradicionales asignados a su género.
En su vida personal también fue una mujer singular. Enviudó dos veces —algo poco frecuente en el siglo XIX, cuando lo habitual era que fueran los hombres quienes sobrevivieran a sus esposas— y amplió su formación con una titulación en la Escuela de Comercio, un ámbito al que pocas mujeres tenían acceso.
Además de su labor docente, fue autora de varios libros y artículos publicados en España y en el extranjero.
Adela Riquelme murió a los 53 años, dejando una huella importante en la historia de la educación española. En el Diccionario Biográfico de Castilla-La Mancha, donde se recoge su trayectoria escrita por Ángel Antonio Maldonado Alonso, no se conserva ninguna fotografía suya, y por ello su biografía se ilustra con su esquela, en la que ya se la reconocía como una de las educadoras más ilustres de su tiempo.




