Jantipa García, la mujer manchega que dejó huella en Rubén Darío y Azorín

Ciudad Real

Un nuevo nombre de mujer ha centrado el espacio semanal de Hoy por Hoy Ciudad Real, Postales Manchegas.

En esta ocasión, la protagonista ha sido Jantipa García Jiménez, o La Xantipa, tal como la nombró Azorín irónicamente haciéndose eco del uso gramatical que en el s. XVII se hacía de la J, según la biografía escrita por Pilar Serrano de Menchén para el Diccionario Biográfico de Castilla-la Mancha.

Jantipa fue una mujer de vida intensa, marcada por la adversidad, el esfuerzo y una enorme capacidad de resistencia.

Nacida en Alhambra en 1843, fue una mujer popular al regentar una fonda que acabaría siendo célebre. De carácter fuerte y determinación inquebrantable, falleció en 1923, a los 80 años.

Se casó con un hombre viudo, con siete hijos, con quien tuvo ocho más. En total, crió a quince niños, a los que se empeñó en mandar a la escuela pese a no saber leer ni escribir. En una época en la que era habitual que los menores trabajaran desde los siete u ocho años, Jantipa apostó por la educación como forma de progreso para su familia.

Cuando su marido, dedicado al comercio de la madera, falleció en 1888, la situación económica se volvió muy difícil. Con deudas que afrontar, Jantipa comenzó a vender bienes familiares hasta que decidió abrir una fonda en su propia casa, en la Glorieta de Argamasilla de Alba. Su iniciativa fue mal recibida, especialmente por los dueños de un mesón cercano que vieron en ella una competencia directa. Pese a las críticas, la fonda prosperó y ella se ganó el respeto del pueblo.

Su carácter decidido la llevó, incluso, a enfrentarse en los tribunales a quienes intentaron aprovecharse de su situación. En una ocasión, alguien intentó reclamarle una deuda inexistente del año 1854, atribuida a su difunto marido. Jantipa no se dejó intimidar y plantó cara con firmeza, negándose a pagar lo que no debía.

La biografía de Pilar Serrano de Menchén para el Diccionario Biográfico de Castilla-La Mancha recoge también algunos de los episodios más duros de su vida, entre ellos la pérdida de varios hijos. A pesar de las dificultades, Jantipa siguió adelante, levantando su negocio y su numerosa familia.

Mencionada por Azorín y Rubén Darío

Su fonda se hizo famosa porque por ella pasaron figuras como Azorín y Rubén Darío, que se alojaron allí y dejaron constancia escrita de su estancia. "El poeta Rubén Darío en una crónica publicada en el diario La Naciónde Buenos Aires y el escritor José Martínez Ruiz, Azorín, en los artículos que le encarga el director deElImparcialpara conmemorar el III Centenario del Quijote; artículos que después se convertirían en el famoso libro La Ruta de Don Quijote", según se destaca en su biografía.

Personajes locales actuaban como guías en el siglo XIX

Su historia, además, ilustra un fenómeno común en el siglo XIX: los viajeros, nacionales o extranjeros, solían apoyarse en personajes locales que actuaban como guías o anfitriones y en este caso Azorín y Rubén Darío encontraron en Jantipa una presencia inolvidable, símbolo de hospitalidad y coraje.

Pese a las murmuraciones que generó su matrimonio con un hombre veinticinco años mayor y las críticas por ser una mujer emprendedora en un mundo de hombres, Jantipa García Jiménez vivió con dignidad, independencia y fortaleza, ocupada más en sacar adelante a sus quince hijos que en atender los cotilleos del pueblo.

Hoy, su nombre figura entre los más de 1.300 perfiles del Diccionario Biográfico de Castilla-La Mancha.