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Ecos de las navidades en Cuenca de cualquier tiempo pasado: 1925 y 1975

Páginas de mi Desván con José Vicente Ávila en Hoy por Hoy Cuenca

Ecos de las navidades conquenses de cualquier tiempo pasado: 1925 y 1975

Ecos de las navidades conquenses de cualquier tiempo pasado: 1925 y 1975

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Cuenca

Un añejo villancico tiene una letrilla que dice “La Nochebuena se viene / la Nochebuena se va / y nosotros nos iremos / y no volveremos más”, pero las Navidades seguirán volviendo con el invernal diciembre. Se suele decir para entrar en el túnel de la historia que cualquier tiempo pasado fue mejor o peor, pero lo cierto es que fue como sucedió en su momento, porque las comparaciones suelen ser odiosas. De cualquier tiempo pasado recordamos a vuela pluma las Navidades de 1925 con la dictadura de Miguel Primo de Rivera, presidente del Consejo, que visitó Cuenca el 30 de diciembre y las Navidades de 1975, en los estertores de la dictadura franquista y la proclamación de la Monarquía parlamentaria.

Comenzamos con las Navidades en Cuenca de hace un siglo, con la investigación de José Vicente Ávila. ¿Qué pasaba por Cuenca en diciembre de 1925?

-En los días previos una noticia movía la curiosidad de aquella Cuenca de poco más de 15.000 habitantes, pues “El Día de Cuenca” anunciaba que se iba a filmar la primera película en Cuenca, “La sobrina del cura”, melodrama de Carlos Arniches. El periódico informaba que “en la nueva película figurarán la Ciudad Encantada, las Hoces del Júcar y Huécar, Uña y la finca de “El Pozuelo”, que fue visitada por el director y productor Luis R. Alonso. Incluso se anunciaban los nombres de los actores, entre ellos Javier Rivera en el papel de “Tomasón”, y Luis González “D. Galo”. El rodaje incluía también la finca agrícola de la Casa Blanca de Juan Jiménez Aguilar, próxima al Paseo de San Antonio.

-Qué otras informaciones eran del dominio público.

-Cosa curiosa, en su edición del 22 de diciembre, el citado periódico, con su habitual anuncio de “visado por la censura”, lamentaba no haber podido ofrecer a sus lectores el número premiado en el “Gordo de Navidad” y los restantes premios, publicando la siguiente nota en la primera página: “A causa del temporal no hemos tenido fluido eléctrico en nuestros talleres, no habiendo podido adelantar el número con la lista de la lotería, como en años anteriores. Todo son ganancias y venga paciencia...

…Ni Cámaras, ni autoridades, ni nadie conseguirán organizar el servicio de la energía eléctrica para que no se lesionen tantísimos intereses del comercio y de la industria. ¡Bendita la edad de la tea y del velón!”…

Sin embargo, “La Voz de Cuenca” sí pudo publicar el Gordo, que cayó en el número 11.519, dotado con 15 millones de pesetas. Entre líneas se decía que un vigésimo premio se repartió en Belmonte y algunas participaciones en Ribagorda. A falta de premios el alcalde dio orden de que todo el personal municipal cobrase antes de Nochebuena”.

-Qué tipo de actividades se celebraban en aquellos días navideños…

-En el Teatro Cervantes, inaugurado en septiembre de ese mismo año, se proyectó la película “El abuelo”, de la obra de Galdós, que era una de las mejores, y para los siguientes días se anunciaba la reaparición de “Las Crisantemas”, con nuevos números y lujosos decorados”. En el “Ideal Artístico” se anunciaban varias proyecciones cinematográficas: “Labios que mienten”, “Rin Tin Tin, perro lobo”, “Moderno Sherlok Holmes” (Buster Keaton), “Don Quintín el amargao” y “La caverna de la huérfana”.

-Me habías comentado que por entonces se vendía una de las casas colgadas…

-Curiosamente, el anuncio más llamativo era el de la venta de una de las Casas Colgadas. El aviso lo puedes decir con voz de publicidad

“Se vende. Casa colgada, llamada del Rey. Puente de San Pablo. Ricas maderas. Referencias Odón de Buen, 33, principal, Cuenca.

La calle de Odón de Buen, uno de los descubridores y propulsores de la Ciudad Encantada, era la de los Tintes y el nombre de Odón debería recuperarse. Precisamente con el título de “Las casas colgadas”, La Voz de Cuenca daba la voz de alarma en los primeros días del nuevo año 1926: “De tarde en tarde un suceso, un comentario, un viaje, proyectan en la actualidad conquense este añejo asunto de la reparación de las casas colgadas, reliquia inestimable de un pasado glorioso, que la barbarie de unos pocos, investidos de autoridad, no pudo borrar por completo.

Es preciso, es urgentísimo, por el decoro de Cuenca, por el buen nombre de nuestra ciudad, que ya vamos reivindicando ante el mundo, que no se dejen hundir estas casas de maravilla, que se abren sobre el abismo y que son el modelo, el tipo de nuestras viejas construcciones medievales, cuando la ciudad, aprisionada en su cinturón de murallas, tenía que buscar su expansión en el espacio.

¡Señor Alcalde! Señores Concejales, que no se demore ni un día más la reparación de las Casas Colgadas”. La alarma dio sus frutos y meses después el arquitecto municipal, Fernando Alcántara, se ponía manos a la obra. Por otro lado, el Ayuntamiento, dispuesto a mejorar el ornato de la ciudad, encargó al citado arquitecto, que tanto contribuyó a la mejora del urbanismo en Cuenca, la confección de una estadística que comprendiera las casas con fachadas faltas de revoco, y podíamos decir que a partir de ahí se empezó a dar color a las fachadas, otrora blanquecinas, gastadas por la pátina del tiempo.

Conde de la Ventosa, Guía de Cuenca 1923

Conde de la Ventosa, Guía de Cuenca 1923

-Como hemos referido al comienzo, el presidente del Consejo de Ministros, visitó Cuenca de forma privada, aunque parece que todo estaba preparado…

-A finales de ese 1925, un gobierno civil, presidido por Primo de Rivera, sustituyó al Directorio militar. Casi coincidiendo con el cambio, el presidente del Consejo de Ministros se presentaba el 30 de diciembre en la tranquila ciudad de Cuenca, que se vio sorprendida por la visita del general Miguel Primo de Rivera, acompañado del ministro de la Guerra, Juan O’Donnel y del coronel Luis Cienfuegos. La comitiva llegó en coche tras hacer un alto en Tarancón, “y como simples turistas tomaron habitación en el hotel Iberia”, según resaltaba “El Día de Cuenca”.

Vamos a recordar a nuestros oyentes que este hotel estaba en Carretería, pues el conocido después como Hotel Iberia (Gran Hotel, primero), se inauguró en 1927, actual delegación provincial de la Junta de Comunidades en Cuenca, que cuenta con la Sala Iberia. ¿Cómo se desarrolló esa visita presidencial?

-El presidente asistió por la noche a una velada de los exploradores en el Teatro Principal, situado en la calle Alonso de Ojeda (actual Centro de Infantas), donde se impusieron distintas medallas. Al día siguiente, y tras la recepción a las autoridades en el Gobierno Civil, que se encontraba en la calle de San Juan, el general y sus acompañantes se acercaron a la Catedral, cuya fachada se encontraba repleta de andamios.

Postal de Toribio Narváez

Postal de Toribio Narváez

El obispo Cruz Laplana les acompañó en su recorrido por las naves y capillas catedralicias. Así lo explicaba la prensa:

-El Ayuntamiento ofreció una comida al presidente del Consejo en el salón de plenos, servida por el Círculo de la Constancia, con asistencia de las autoridades más representativas y 14 concejales de los 21 que formaban la Corporación. El coste del almuerzo fue de 884 pesetas, aprobado junto a otras cuentas en la sesión permanente municipal. No faltaron los brindis y los mejores deseos para la ciudad de Cuenca.

-Además, el general pudo recibir en el propio Ayuntamiento al veterano soldado conquense de la guerra de Cuba, Antonio Fernández, que perteneció al Regimiento de Isabel la Católica cuando Primo de Rivera era capitán y lo tenía a sus órdenes, y en sus brazos murió el general Santocilde el 13 de junio de 1895. A su regreso a Cuenca, el bravo soldado entró a formar parte de la guardia municipal. Cuenta el periódico que al terminar la conversación el presidente del Consejo le entregó al guardia Antonio una cantidad de dinero con estas palabras:

“Toma, de este dinero le dices una misa al que fue tu heroico jefe y el resto para que tomes un café a mi salud”.

De regreso a Madrid, tras disfrutar del paisaje y las gentes de Cuenca, el presidente del Consejo envió a la Prensa conquense el siguiente escrito: “He realizado un viajecito a Cuenca verdaderamente delicioso. Lo he efectuado en cuatro jornadas de veinticinco kilómetros a caballo, tomando fondo de silla y descansando. Yo no conocía aquel pueblo, y verdaderamente me lo reprocho. Es de las cosas que debe uno reprocharse. Me he encontrado con una ciudad donde se rinde culto al arte y con gente ciudadana en la que se va haciendo una evolución social y cultural extraordinaria”. Concluye Miguel Primo de Rivera su canto a Cuenca:

“Arrinconada, merece la protección de los Poderes públicos y la atención de todos los ciudadanos, porque además de ser pintoresca está dotada de una riqueza forestal enorme. Cuando llegué, precisamente se celebraba una fiesta de exploradores, sección femenina con espíritu patriótico y ciudadano enorme. El jefe de exploradores es el señor Torner, que ha realizado una organización magna. La visita a Cuenca es de las que hacen pensar en la España grande, culta y ciudadana que ya se va haciendo”.

En “La Voz de Cuenca” Felipe Moreno Serna publicó un amplio trabajo sobre la visita del Presidente del Consejo de Ministros, del que podemos destacar unas líneas: “Ya habrá podido observar el Sr. Marqués de Estella que Cuenca existe; pero no como un pueblo cualesquiera, sino como una capital que, como todas las de España, tiene sus legítimos deseos y naturales aspiraciones a las que une su cultura, su trabajo y su hidalguía. El presidente se acordó de Cuenca para conocer su riqueza forestal y el incalculable valor de la Catedral, verdadera joya del estilo gótico primitivo”.

“Cuenca la inmortal, la tan muy noble y leal como hospitalaria, ha dejado de ser la cenicienta como algunos la suponían, y muy pronto se dejará ver a los distintos públicos del mundo entero con “La sobrina del cura”, que ha sido filmada en nuestro suelo y en la cual se presentan las incalculables bellezas de los sublimes paisajes que artistas como Sorolla y Rusiñol, reflejaron en sus lienzos”.

Al final de su laudatio periodística sobre lo que Cuenca significaba para España, Felipe Moreno enfatiza: “Ya era hora, queridos paisanos, que el buen nombre de nuestra querida Ciudad del Cáliz se viese una vez siquiera en letras de molde para agasajarla y embellecerla haciendo con ello verdadera justicia a su brillante historia”.

-Por cierto, si la visita fue el día 30, ¿cómo se celebraba la Nochevieja en Cuenca hace un siglo?

-El Círculo de La Constancia era el lugar más concurrido para la clase media y alta de la ciudad y allí se celebró lo que denominaban como “la clásica noche de las uvas” con una velada en la que el sexteto dirigido por los profesores señorita Tárraga y señor Bermejo, interpretó un concierto con este programa: “Agua, azucarillos y aguardiente”, “Pan y toros”; “El as”, selección del maestro conquense Jesús Calleja y “La Favorita”, de Donnizetti. Cuando el reloj señaló las doce, la orquesta ejecutó la Marcha Real para saludar al nuevo año, mientras que se tomaban las uvas con alegre júbilo y bailes.

Estamos en Ser Cuenca, y en el túnel del tiempo de añejas Navidades. De 1925 pasamos a 1975, en el final del franquismo con la muerte del dictador el 20 de noviembre y la proclamación del Rey Juan Carlos el día 22, un mes antes de la Navidad. ¿Qué recuerdos tienes de aquellos días de diciembre de la Nochebuena y Año Nuevo, José?

-Era mi primera Navidad como padre, pues mi hijo Diego iba a cumplir seis meses. Recuerdo que en los días previos la nieve, el frío polar y el vendaval se hicieron notar en Cuenca el 15 de diciembre con caídas de antenas y cornisas. Lo más significativo fue el derribo de dos grandes árboles en la parada de taxis de la entonces denominada Plaza del Generalísimo, donde se iba a colocar el Belén, y en el Parque de Santa Ana, donde a consecuencia de la caída de un árbol resultó herido el vecino Abilio Muñoz, con fractura de rótula y peroné de la pierna derecha; otras dos personas también fueron hospitalizadas por caídas de árboles junto a los Salesianos y en el paso a nivel.

-A pesar de la caída de árboles, se instalaría el Belén…

-Así es. El 19 de diciembre se montaba el tradicional Belén en la Glorieta del jardinillo de la parada de taxis y al efecto Evelio Seligrat, su responsable, me contaba en una entrevistilla que “el Belén que monta la Delegación de la Juventud desde 1961 es algo de Cuenca que hay que ir mejorando”. Explicaba Seligrat que para la Navidad de 1975 se contaba con “el castillo, un molino de viento, una tinada o paridera, nuevo portal, dos figuras para hacer conjunto con el molino, cuatro ovejitas y la Estrella”.

-¿Quiénes se encargaban del montaje y de aportar nuevas figuras?

-Todo ese trabajo para el belén lo hacían los servicios de carpintería y alumbrado del Ayuntamiento, que facilitaba el serrín de la Fábrica de Maderas; de hacer la estrella se encargaba la fábrica de Cuberg y de la pintura y restauración de las figuras se ocupaban los hermanos Carretero de manera desinteresada. Eso sí, las nuevas figuras se adquirían con la aportación de la delegación de la Juventud y “el dinero que los conquenses dejan en el belén”, según Seligrat, que comentaba que el año anterior se habían recaudado 11.753 pesetas y que por ejemplo la borriquita y el pastor habían costado 15.100 pesetas.

-Creo recordar que en aquellos años había concursos de villancicos

-Los certámenes y concursos de villancicos estaban a la orden del día y así tras la celebración del XX Concurso de Villancicos de la Sección Femenina se anunció a bombo y platillo el IX Certamen Regional de Villancicos, organizado por la Caja Provincial de Ahorros de Cuenca. Nada menos que 19 grupos, distribuidos según el número de habitantes de cada localidad, actuaron en dos sesiones en el Teatro-Cine Xúcar. Fueron éstos:

Casillas de Ranera, Gascueña, Casasimarro, Sisante, Uclés, Santa Cruz de Mudela, Herencia, dos coros de Cuenca, además del Seminario Conciliar de San Julián, en la primera sesión. En la segunda, grupos de Puertollano, Tarancón, Daimiel, Tomelloso, Manzanares y otra agrupación de Cuenca. Para los pueblos inferiores a 5.000habitantes el villancico obligado era “De la sacristía” y para los de mayor población “Cuando el Mesías nació”.

Dadas las restricciones de aquel año no se instaló luz navideña en las calles y solamente los árboles de la Plaza del Generalísimo, hoy de la Hispanidad, fueron adornados con guirnaldas como adorno navideño, junto al tradicional Belén. En los días prenavideños pasó por Cuenca el atleta internacional Mariano Haro, que intervino en las I Jornadas del Deporte Laboral y aprovechó para entrenarse, recorriendo 18 kilómetros por los alrededores de la ciudad, pues se estaba preparando para la Olimpiada Montreal-76. Haro me decía sobre Bahamontes, Luis Ocaña y él mismo que “los deportes más puros como pueden ser el atletismo y el ciclismo son también para hombres duros y hechos a la dureza de los campos de Castilla”.

-Y qué pasó con la Lotería de Navidad, ¿hubo suerte?

-Cuenca jugaba 36.400.000 pesetas, cinco millones más que el año anterior, pero la suerte con el “Gordo” del 47.107 pasó de largo, aunque cayeron algunas “pedreas”. La agencia Pyresa informaba que un vecino de Villares del Saz rechazó un billete que le ofrecían porque no le gustaba y que en San Clemente se repartieron miles de pesetas.

¿Es cierto que el 24 de diciembre de 1975, cientos de trabajadores conquenses pasaron parte de la noche en el ferrobús?

-Parece un relato navideño, muy en la línea del ácido final de la película “Plácido” de Berlanga, pero en lugar del motocarro hablamos del tren. Se trata de una historia ocurrida en la Nochebuena de 1975. La revista “El Banzo”, que salió a la luz en junio, lo contaba como “otra broma de la Renfe”. La noticia era que cientos de trabajadores conquenses pasaron la Nochebuena en el tren, en un viaje casi eterno de ¡seis horas entre Cuenca y Valencia! Esta historia ferroviario-navideña fue contada por el periodista Baltasar Bueno en “Las Provincias” del 26 de diciembre, según recogía “El Banzo”. Así informaba la prensa:

El día 24, el ferrobús tenía que haber salido de la Estación Norte de Valencia a las 18,00 horas, para llegar a Cuenca a las 22,10, pero no salió dada la cantidad de viajeros: cerca de 600. En su lugar pusieron un convoy compuesto por una decena de vagones y tirado por una máquina tractor Diesel del año 1924, debido a la gente que iba en el tren. Muchos de ellos tenían que volver a Valencia en el ferrobús que partía de Cuenca a las seis de la mañana del día de Navidad.

Cuando el convoy se había alejado de Valencia, a unos 30 kilómetros, empezó a perder fuerza y al llegar a Chiva detuvo su marcha. Hay que cambiar la máquina “porque un eje se ha quemado”, informa el maquinista. Hay que buscar máquina y conductor, y ya es mala suerte que sea en Nochebuena… Por fin arranca el convoy, que llega a Buñol a las nueve; allí se bajó un cura que iba a otro pueblo cercano a decir la misa del Gallo y llegó haciendo auto-stop..

El tren de los emigrantes conquenses, procedentes de Barcelona y Valencia, llegaba al límite de las dos provincias hacia las once de la noche. En las casas les esperaban con la cena fría y la cabeza caliente, y por los pueblos del recorrido: en Mira, Enguídanos, Víllora, Cardenete, Arguisuelas, Carboneras, Cañada del Hoyo y La Melgosa, salían a recoger a sus seres queridos.

A Cuenca llegó el tren a la una de la madrugada, casi después de la misa del Gallo. “¿Hay algo para cenar, madre?”. “Lo importante es que has llegado”, contestaba la afligida madre de corazón en vilo, mientras encendía el butano para recalentar la cena. Escribía Baltasar Bueno que “era digno de admirar la voluntad de aguantar de esta gente conquense. Criaturas sin comer, familias enterar por abrazarse, y unos villancicos mojados con pastel y champaña. Lo peor, lo gordo: que lo mismo, pero con más horas de retraso, sucedió el año pasado…

El último Talgo en la estación de ferrocarril de Cuenca, 1980.

El último Talgo en la estación de ferrocarril de Cuenca, 1980. / Pinós, 1980

El último Talgo en la estación de ferrocarril de Cuenca, 1980.

El último Talgo en la estación de ferrocarril de Cuenca, 1980. / Pinós, 1980

Esta música que escuchamos, y esa voz tan sensual, no tiene nada que ver con los villancicos…

-Durante aquellas fechas del otoño-invierno de 1975 se había hecho popular en las noches radiofónicas de Cuenca “Madame Rakoska” con su “Consultorio sentimental” en Radio Peninsular, emisora con la que colaboré con Rafael Núñez y allí me presentó a la “francesita Rakoska”, a la que pude entrevistar para la sección “Usted dirá” de Diario de Cuenca el 31 de diciembre. La música que nos acompaña es de otro programa de la misma emisora, ya de 1987, de una compañera gallega que se anunciaba como Flacucha Rivadavia en el programa nocturno “Bésame, tonto”. ¿Quién es Madame Rakoska?, le pregunté a la periodista, también gallega vestida con modernidad, recién llegada a Cuenca, que consiguió una gran audiencia con sus respuestas en su consultorio amoroso:

“Una amiga que pueda dar un consejo imparcial porque no está metida directamente en el problema de la persona que escribe pidiendo una respuesta”.

Rakoska me decía que “en general me escriben chicas muy jóvenes, entre quince y veinte años, de la provincia y de Cuenca capital” y sobre los problemas que le contaban señalaba que “entre las quinceañeras el ya habitual del chico que me gusta y no sé cómo conseguirlo. Luego son ya de todo tipo, en plan de noviazgo, matrimoniales e incluso de viudedad”. Las cartas que se recibían eran firmadas con pseudónimos y dadas las fechas navideñas, le pregunté a Madame Rakoska, ¿qué consejo le daría a una quinceañera que quisiera pasar la Nochevieja con su novio o amigos?

--“Que procure divertirse lo más posible. Que beba champán, pero que no se pase. Y que luego no me escriba quejándose. Eso sí, todas las que me han escrito en estas fechas me han deseado muchas felicidades”.

-¿Por qué no escriben los chicos?, le pregunté, y así contestó:

“Posiblemente la culpa es mía porque casi siempre me dirijo a las mujeres y las saludo, pensando en que la audiencia es más bien femenina que masculina, posiblemente por la hora. No podemos olvidar que existe el típico muchacho que va a “ligar” en el baile y ellas, con un solo domingo que bailan, ya piensan mucho en ese muchacho y se complican la vida”.

No falto la inocentada de ese año y la explicación al día siguiente: “No se llegó a celebrar el Concurso de Levantamiento de Grúas en la Plaza Mayor porque era el cumpleaños del campeón internacional participante: Centeino Tossan (Inocente Santos, en palabra invertida). En fin Luisja, que estamos en 2025 y el año se nos va…

Luisja García

Luisja García

Licenciado en Periodismo en la Universidad Europea de Madrid. Redactor de Ser Cuenca y presentador de...

 

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