El convento arandino que fue arrasado por los franceses y cuyo incendio aún es un misterio

Aranda de Duero

Hace unas semanas, el colaborador de la SER Antonio Miguel Niño alertaba sobre un curioso hallazgo en las obras que se están llevando a cabo desde hace meses en la Avenida Castilla: una gran piedra que casi con total seguridad pertenecía al esqueleto del extinto convento Sancti Spíritus. Un convento que muchos desconocían pero al que le rodea una historia cuanto menos curiosa. Este lunes, en compañía de Máximo López Vilaboa, la hemos ampliado.

Cabe reseñar primeramente la ubicación en la que se hallaba esta construcción: frente al actual hospital Santos Reyes, que por aquel entonces por cierto, ya existía. Tuvo su inicio a mediados del siglo XVI y, como explica López Vilaboa, era de propiedad Dominica. Fue lugar de estudio para muchos y motivo de orgullo para otros, como quien lo impulsó (el que fuera Obispo de Oporto y más tarde de Osma, Pedro Álvarez de Acosta, que quiso ser enterrado en él).

A pesar de los vaivenes surgidos en las décadas posteriores a su construcción, su declive y punto final llegó en la etapa de la invasión napoleónica. Y es que en su marcha y retroceso ante la reconquista española, los franceses tuvieron que detonar sus polvorines para que no fueran utilizados en su contra. Así, varias ermitas arandinas sufrieron destrozos a causa de las explosiones, y misma suerte corrió el convento citado, que para más inri, posteriormente fue incendiado.

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Un incendio misterioso

Eso sí, la documentación revela que ese fuego -del que se culpabilizó a los franceses- pudieron no haberlo cometido ellos. "La nota cuenta que había carros que impedían el paso en el Puente del Duero y de que uno de los párrocos, no dice si de San Juan o Santa María, le dijo a quien tocaba las campanas advirtiendo del fuego que no tocase. Quejas que hace el superior de los Dominicos y que envuelven en misterio este hecho", explica López Vilaboa.

Lo que queda

Además de esas piedras utilizadas en construcciones o relleno -cuestión por la que pudo aparecer ese hallazgo en la Avenida Castilla-, hay restos del convento -como uno de los arcos o los escudos del Obispo Acosta- que reposan en el Parque Virgen de las Viñas desde 1971. Pero hay algún otro símbolo más. "Hay obras de arte importantes atribuidas a Juan de Juni en la iglesia de la Vera Cruz, y un cristo, el del Santo Cristo del Milagro, que está cuidado por los cofrades y que lo han dado valor y pertenecía a este convento, además de un altar que se halla en Santa María", sentencia Maxi.

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