El desgaste de la democracia

Palencia

Elena Villamediana

Las instituciones que conforman la base de nuestra democracia no atraviesan su mejor momento. Desde hace un tiempo se cuestiona el poder judicial por el bloqueo en la renovación del Consejo General del Poder Judicial y el sainete que vivimos no hace mucho tiempo con la renovación del Tribunal Constitucional.

A los espectáculos que casi semanalmente asistimos en el Congreso de los Diputados se sumó la pasada semana una moción de censura que antes de que se presentara ya estaba condenada al fracaso y con un candidato que, con todos los respetos, parece muy alejado del siglo XXI.

Por si no fuera ya suficiente la vergüenza ajena, las Cortes de Castilla y León se han convertido en el último año en otro teatrillo que la semana pasada se saldó con una peineta del presidente de la Junta que, no solo demuestra una falta de educación por el gesto en sí, sino de cobardía por no reconocer lo que todos y todas, muy a nuestro pesar, pudimos ver, convirtiéndonos una vez más en noticia de ámbito nacional.

No se engañen, no es casual este desgaste que estamos viviendo. Hay una clara intención que es la de erosionar nuestra democracia y generar un desencanto social que derive en una desconexión con un claro propósito de llegar e imponer, sin oposición, otras políticas muy alejadas del sistema y, por ende, de los derechos y libertades conquistados. Los demócratas y las organizaciones que conforman este sistema no podemos permitirlo.