Planes subterráneos para el Día Mundial del Enoturismo
La Ruta del Vino de Rueda lo conmemora a 20 metros bajo tierra
Bodega subterránea de la DO Rueda / Nacho Frutos
Medina del Campo
Ruedan y ruedan los planes en la Denominación de Origen. En esta ocasión, coincidiendo con la celebración del Día Mundial del Enoturismo, 7 de noviembre, con actividades bajo tierra desde el 4 del mes hasta el día 12, siendo esta última fecha, segundo domingo del mes, el día oficialmente reconocido para festejar el turismo enológico.
Estos 9 días se convierten en una ocasión especial para descubrir la gran riqueza del patrimonio único subterráneo con el que cuenta la Ruta del Vino de Rueda. De gran importancia por varios factores: su historia, su arquitectura, y por considerarse verdaderas joyas vinícolas bajo tierra.
En los pueblos que componen la Ruta del Vino de Rueda se encuentran, a los pies del visitante, un tesoro enológico de incalculable valor: cientos de bodegas subterráneas que, a diferencia de otras zonas de producción vinícola en España, están construidas en su mayoría bajo las casas. Esta especial característica, aplicada durante siglos, provocaba que viticultores y bodegueros elaboraran y conservaran sus vinos en el subsuelo de su hogar, conviviendo con su vino y forjando una estrecha relación entre ambos.
Este patrimonio vinícola subterráneo es una muestra evidente de la importancia que el vino tuvo en la zona desde el siglo XV al XVIII, época dorada de Rueda, y ha hecho merecedora a la Ruta del Vino de Rueda de un proyecto pionero en España para su puesta en valor, concedido por el Ministerio de Turismo. En definitiva, un mundo por descubrir bajo el suelo.
Bodegas subterráneas: conocer la casa del vino
El visitante tiene la oportunidad de conocer el rico patrimonio vinícola subterráneo de la Ruta del Vino de Rueda a través de infinidad de actividades. Gracias a la iniciativa pública y privada, el territorio cuenta con experiencias en torno a las bodegas que permiten conocer la cultura y la historia del vino, descubrir el singular trabajo de los afinadores del queso, disfrutar de la gastronomía de la zona o dormir a pierna suelta o arropado sobre siglos de historia.
Son varios los municipios que han apostado a lo largo de estos años por recuperar su historia y transmitir su legado vinícola al visitante a través de la apertura al público de sus bodegas subterráneas, verdaderos museos etnográficos y enológicos bajo tierra. Podemos encontrar buenos ejemplos de ellos en La Seca, Madrigal de la Altas Torres, Nava del Rey, Medina del Campo o en Fresno El Viejo. De igual modo, algunas iniciativas privadas con marcas detrás de reconocido prestigio abogan también por dar vida a las que durante cientos de años fueran la casa del vino.
