Navalmoral recupera su carnavales viejos
El etnógrafo e investigador Carlos del Peso destaca la labor realizada en esta localidad
Navalmoral recupera su carnaval tradicional
Ávila
La localidad de Navalmoral de la Sierra, en el Valle del Alberche, ha revivido durante estos días sus Carnavales Viejos, carnavales al más puro estilo serrano en los que han desempolvado las viejas canciones y las indumentarias más propias durante el Sábado de Carnaval y el Domingo Gordo. Los actos se enmarcan en un proyecto de recuperación del patrimonio etnográfico local, llevado a cabo por los propios vecinos en colaboración con el Ayuntamiento.
El Sábado de Carnaval a media mañana los 16 quintos de hogaño recorrieron, con su burro, con sus trajes de serranas, las capas y las escarapelas, las calles de la localidad para “recoger los huevos”, como se hizo siempre. La costumbre ha recuperado, en los últimos años, el brillo que nunca debió perder y las familias, los propios quintos y todo el pueblo acompaña, de casa en casa, entre jotas y cantos de carnaval a la quinta del año.
Décadas pasadas lo recogido servía para juntar, durante la cuaresma, a los mozos en meriendas interminables que afianza la amistad de la quinta. Hoy en día, a pesar de la desaparición del servicio militar, el ritual de paso de la juventud a la edad adulta se ha seguido manteniendo con su sentido primigenio y los quintos venden los huevos y el chocolate para costearse sus fiestas propias.
El Domingo Gordo, por la tarde, es el momento de salir a correr el Carnaval por las calles del pueblo. Es el día de desempolvar las ricas indumentarias serranas que se han conservado, de generación en generación, en las casas de la localidad. Singulares son los manteos blancos de tirana picada en rojo y enchorrados formando los característicos pliegues, que lucen las serranas y que durante décadas se han seguido confeccionando en las propias casas pues, son muy pocas las que no cuentan con uno o varios trajes para la celebración de las distintas fiestas de carácter tradicional que se siguen celebrando (águedas, las roscas a la Virgen de Aldeavieja o los carnavales). Pañuelos del ramo y zapatos bordados completan el vestir femenino que se acompañará de las capas, sombreros y escarapelas de los hombres.
Durante el recorrido se desgrana el repertorio musical antiguo, acompañado de tapaderas, almireces y botellas, así como de la ronda de guitarras que dará vida a las jotas, fandangos y seguidillas serranas. Músicas que acompañan el baile al rondón que se mantiene muy vivo en la localidad y que, lejos de las coreografías de escenario, mantiene la esencia del baile serrano más propio y genuino.
A pesar de que se han tenido que reorganizar los actos para hacerlos coincidir en fin de semana (la celebración antigua era especialmente importante el lunes y el martes de carnaval) se ha mantenido también, en su día, el Miércoles de Ceniza, con el entierro de la sardina y la Vaquilla de los Quintos. Dicha “vaquilla”, mascarada zoomorfa, es una representación de un bóvido en forma de armazón con cuernos, manipulado por una o dos personas, especialmente abundante en el Sistema Central y en el área centro-oeste de la Península. En Ávila están presentes en pueblos como Navalmoral, Navaluenga, Navarredonda, Navalacruz, Hoyos del Espino, Navalosa, Hoyocasero, El Hornillo o Burgohondo entre otras. Todas estas mascaradas de invierno tienen la declaración de Bien de Interés Cultural, declaradas por la Junta de Castilla y León en 2023.