Un ángel que se hizo esperar
El acto más emblemático de la Semana Santa arandina estuvo en un tris de suspenderse por la lluvia, pero al final los cofrades decidieron hacerlo aunque con cincuenta minutos de retraso
Aranda de Duero
Las previsiones meteorológicas no eran nada halagüeñas, lluvia en abundancia por doquier durante toda la mañana y parte de la tarde, pero finalmente Aranda pudo cumplir con su tradición del domingo de Resurrección y Ruth Arnaiz ver su sueño cumplido y vivir la experiencia que ya tuvo su hermana Irene en 2019 de retirarle a la Virgen de la Misericordia el velo de luto ante el numeroso público que se concentró con sus paraguas alrededor del atrio de Santa María para contemplar este acto, catalogado de interés turístico nacional.
Como es habitual, Ruth ya tuvo el sábado la oportunidad de realizar el ensayo que se llevó a cabo también con un nutrido grupo de curiosos, poco antes de que cayera una buena granizada.
En vista de que la lluvia no parecía dar tregua, la mayor parte del público no empezó a llegar hasta prácticamente la hora prevista, pero aguantó estoicamente a medida que iban pasando los minutos, pese a la incertidumbre de si sería la primera vez que se suspendiera este acto, algo que sólo ocurrió en 1937 y 1938 por la Guerra Civil y más recientemente debido a la pandemia del Covid.
Finalmente la Cofradía de las Candelas decidió dar luz verde, contando antes con el permiso de los padres de Ruth, que vieron cómo su hija echó el resto sin dejar de mover brazos y piernas durante el minuto y cuarto que duró su ‘vuelo’, desde que salió del globo hasta que tocó tierra, donde le esperaban sus padres y su hermana y mejor consejera en esta experiencia.