Historias de Salamanca. La Salamanca católica contra la II República
La expulsión de los Jesuitas, la unificación de los cementerios o la supresión de la Semana Santa complicaron el nacimiento republicano
Salamanca
La II República Española fue tajante en cuanto a la religión: “El Estado Español no tiene religión oficial”, se dice en las primeras líneas de la Constitución. Algo en lo que profundiza más en el artículo 26 y en las leyes sobre asociaciones religiosas.
Audio Historias 15 abril
Todo aquello se vino a denominar la “cuestión religiosa” y dio muchos quebraderos de cabeza.
La Iglesia era un tremendo poder fáctico desde antiguo y por eso mismo muchos le tenían ganas. Salamanca también estaba dividida entre los que defendían la causa de la Iglesia y los que no querían verla ni en pintura.
En todo caso, los primeros en pagar el pato fueron los jesuitas.
Otra vez los jesuitas, por negarse a reconocer la autoridad del Estado y solamente la autoridad de la Iglesia.
Y así, a principios de 1932 el Gobierno decreta su expulsión.
A finales de enero se celebran actos de despedida que tienen como escenario la iglesia de la Clerecía.
Los jesuitas van saliendo en varias expediciones entre protestas por la expulsión y llantos de los familiares y amigos.
El 15 de febrero comienza a debatirse en el Ayuntamiento el futuro del noviciado jesuita, en el Paseo de San Antonio, incautado como el resto de las propiedades de la Compañía de Jesús. La idea es albergar allí el hospicio, para lo cual se crea una comisión municipal que a mediados de abril lo visita; en paralelo, la Compañía se defiende asegurando que hay un crédito pendiente y que la propiedad del edificio no es de ella.
Aquello sonó a disculpas para esquivar la ley.
Para entonces, se ha abierto otro debate: la incautación del cementerio, que se va a traducir en el derribo de la tapia que dividía el cementerio civil del religioso. Alguien, entonces, dijo que quizá había que pensar en uno cementerio nuevo porque el existente estaba tocando fondo.
Incautación, expolio, expropiación… el asunto llega a los tribunales y estos dicen que se devuelva lo incautado a la diócesis, que era la propietaria del cementerio, pero el Ayuntamiento no hace caso y echa abajo la tapia
A la vez que cae el muro el alcalde da un discurso donde asegura que aquello demuestra que la Constitución no es papel mojado.
Todo esto sucedía en las vísperas de la Semana Santa.
Salamanca se dividía entre los que querían aplicar a rajatabla el laicismo de la nueva situación y los que se resistían a ello.
De momento las cofradías anunciaron que como protesta aquel año no habría procesiones, algo que el comercio pidió que se considerase y así se hizo, también porque el claustro universitario no renunció a sus Oficios de Semana Santa.
Aquel año también salieron las procesiones y las crónicas dijeron que con gran éxito de público y crítica, siendo aquella la mejor forma de protesta.
Los diversos cambios de gobierno fueron suavizando o endureciendo la situación, pero no cabe duda de aquella “cuestión religiosa” estuvo presente a lo largo de los años republicanos, y que la Iglesia y sus seguidores lo tuvieron muy en cuenta a partir del 18 de julio de 1936.
Sigue el canal de la SER en WhatsApp
Suscríbete ahoraEncontrarás toda la información, el deporte y el entretenimiento: la actualidad del día y las noticias de última hora, los mejores vídeos y momentos de la radio, entrevistas, reportajes y mucho más.