El oriundo de Fuentespina que se convirtió en vitralista: de Estados Unidos a Italia, desde la Ribera del Duero
Repasamos la vida -y obra- de Rubén Llorente, que practica un oficio poco habitual pero muy artístico
El oriundo de Fuentespina que se convirtió en vitralista: de Estados Unidos a Italia, desde la Ribera del Duero
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Aranda de Duero
Rubén Llorente no peina canas a diferencia de otros invitados que nos han acompañado en las últimas semanas. Este oriundo de Fuentespina es vitralista. Y ex alumno de Ausencio, que dirige y comanda este espacio que recorre la memoria de diversas personalidades en la SER. Llorente pinta y esculpe con imagen y color los cristales. Aunque él lo denomina "cuidar el patrimonio y tener conciencia". "Yo no me había parado a pensar que trabajaría en esto, pero siempre me gustó dibujar, y cuando acabé el instituto, me fui a hacer un grado superior en ilustración. Y un profesor me comentó que iba a comenzar un grado universitario novedoso en La Granja de San Ildefonso. Lo enlacé, fui tirando, y tuve suerte de ser de la primera promoción, porque a los pocos años se lo cargaron", detalla entre risas.
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El valor de la vidriera
Es clave mantener el patrimonio. Contra más cuidado esté, menos hay que restaurar. "En la iglesia de Fuentespina la vidriera no tenía pintura, pero era del siglo XVIII. Hay gente que por ignorancia no le da valor, pero lo tiene. En Francia, Alemania o Italia, hay leyes que regulan las intervenciones para las vidrieras, y no te permiten quitar y poner lo que quieras", comenta Rubén, explicando que hay que diferenciar entre cristal y vidrio. "Lo que está manufacturado por un hombre es vidrio, lo demás es cristal", refleja.
Su taller está repleto de maquinaria y arte. Y está en el medio rural "por rebote". "Porque me instalé en Segovia, tenía un taller pegado al acueducto, y ahí empecé. Pero conocí a mi pareja, y como tenía trabajo estable, me puse el taller en Fuentespina. Ahora estoy solo, y trabajo a nivel nacional e internacional. Porque hay cosillas hechas por EEUU, Italia...", define. En este último país de hecho, estuvo de beca, aprendiendo de uno de los grandes maestros. "Trabajé gracias a él en importantes vidrieras de Italia. Y de mis principales trabajos, o principales retos, me gustó enfrentarme solo la primera vez aquí al Monasterio de los Dominicos. Porque me recorría toda la Ribera, hacía fotos, y presentaba presupuestos. Y el prior de entonces me dijo que tenían cuatro vidrieras en el torreón y que estaban guardadas. Le restauré una gratuitamente. Y a raíz de ahí, me encargaron todo", explica.
Descuido y poca conservación
Este maese vidriero está integrado en una red de restauradores que precisamente buscan que se dé relevancia a todo aquel patrimonio que a veces, por desconocimiento, se deja de lado. Lo que ocurre en una iglesia de Covarrubias. Intentó hacer su restauración, pero no hubo respuesta. Porque no hay apoyo. "En Campillo -de donde son sus padres y su mujer- tienen dos muy interesantes que se están desmoronando", comenta.
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Mantras
Para poder restaurar, ha estudiado muchas corrientes, y tiene suficiente conocimiento como para determinar los colores y las acciones a llevar a cabo. Hay mucha documentación por detrás, que es complejo, porque requiere mucha investigación, lectura, y pregunta. Pero siempre, se actúa "sin afectar a lo que ya hay, porque intentas mantener todo, conservando lo que puedas; sin destacar, con una intervención reversible por si el día de mañana sale algo mejor que pueda ampliarlo".
"Las vidrieras se ven desde dentro por el día. Y cuando la iglesia tiene luz, de noche se ve al revés, por fuera. En Palma de Mallorca hay un día al año en el que justo coincide en la catedral el Sol con el rosetón, atraviesa la luz, y es increíble. Según se mueve la luz, se mueve la vidriera", destaca.
En un futuro, esperemos no muy lejano, Rubén se animará a hacer una exposición que resuma todo el arte que ha restaurado pero que también ejerce. Es artista, y artesano. Restaura, ayuda, crea, y revive. Y eso, nunca estará lo suficientemente pagado.
La charla al completo puede reproducirse en el audio superior, en la imagen cabecera.
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