Sociedad | Actualidad

"Dejan a niños discapacitados en la puerta de un orfanato; es muy duro": de Aranda de Duero a Etiopía para mostrar el lado más solidario

Benjamín Hernando ha afrontado, como ya es costumbre cada año, un viaje para ayudar en todo lo posible junto a su asociación, ASORIDO

"Dejan a niños discapacitados en la puerta de un orfanato; es muy duro": de Aranda de Duero a Etiopía para mostrar el lado más solidario

Aranda de Duero

Ya es costumbre, pero no por ello deja de tener mérito. Benjamín Hernando, un arandino extremadamente solidario e impulsor de ASORIDO, ha sumado una nueva experiencia a su camino, esta vez en Etiopía. Regresó en Semana Santa tras 30 días en el país africano, y hoy comparte con nosotros su experiencia. "Allí he dejado gente, gente excepcional, de la que debemos aprender muchas cosas. Y muchas experiencias, familias, abrazos, cariño... No me he movido mucho por el país. Lo hice en un autobús antiguo, con maletas en el techo, y sacos. Incluso con animales, tres personas en asientos de dos. Gente en el pasillo, la mochila encima... Todo te recuerda a los documentales que ves de África", recuerda.

Más información

Su recuerdo más duro

La imagen imborrable para Benja de este viaje, podría ser en Awasa, a donde se dirigió desde la capital precisamente en ese autobús. "Visité un orfanato con muy pocos medios, porque lo hace una persona altruista. Me contaban que muchos veces se encontraban niños en la puerta. Niños que sus padres abandonan porque en África está mal visto que una familia tenga un niño discapacitado. Y a mí me pedían comida para los niños. Quizá esa haya sido la experiencia más fuerte. Algo con lo que sigo soñando ya aquí", dice emocionado. "Aquí estamos acostumbrados a otro tipo de vida, y parece que vas allí con idea de arreglar tejados o comprar juguetes. Pero llegas allí y ves que no es que no lo quieren, sino que le dan prioridad a sobrevivir. Y eso hace mella. Es muy fuerte", añade.

Benja, en Etiopía

Benja, en Etiopía / Benjamín Hernando

En este viaje, medianamente planificado, Hernando cuenta que "uno de los motivos por los que volví a elegir Etiopía en el 20º proyecto de ASORIDO, fue porque tenía a Deneke, una persona de plena confianza, que ha sido mi guardián, mis ojos, mi mano derecha allí, y que me ha abierto las puertas de su humilde casa ayudándome en todo". "Ha querido colaborar echando un cable a su país, estando conmigo todos los días y aguantándome, porque los occidentales somos un poco pesados cuando vamos allí; queremos todo para ya, pero ellos tienen otra forma de verlo y vivirlo", comenta.

La dificultad de adaptarse a otro mundo

"Recuerdo, claro, al mundo 'civilizado' que tenemos cuando estoy allí. Pero lo que busco es estar como ellos. Vivir como viven ellos. Yo lo he hecho, pero se pasa mal. Es duro. Viven en condiciones infrahumanas. En la casa en la que he estado, que no era una casa, es que era una habitación con el techo de chapa, y estábamos ahí cuatro personas. Salías de la habitación, y en el patio, porque había más habitaciones con más familias, no tenía agua. No había ducha ni lavabo", recuerda, contando que "ellos son felices porque desconocen otro tipo de vida; los niños son felices con un globo porque no saben lo que es un balón".

Entrega de alimentos en Etiopía

Entrega de alimentos en Etiopía / Benjamín Hernando

Curiosidades: distinto año y calendario

"La capital está a casi 2.500 metros de altitud. Recorrer una calle cuesta arriba o hacer un sobreesfuerzo se nota. Ves a mucha gente entrenando a su manera. Mucha gente entrena corriendo alrededor de los campos de fútbol", detalla Benja, que también relata curiosidades de su paso por Etiopía. "Es un país muy curioso. Presumen de ser el único país ni conquistado ni colonizado por Europa. Tienen costumbres auténticas y fuertes. No tienen el mismo calendario, porque están en el mes 8 de 2016, y su año tiene 13 meses. Las seis de la mañana es la hora cero", comenta, si bien destaca que "gente que trabaja para el Estado gana 100-130 euros mensuales, mientras un camarero gana entre 50 y 60". "Mi sorpresa, es que compro arroz al por mayor -ha repartido más de una tonelada de pasta y arroz-, resulta que está pasando el euro y medio", dice.

Benja ha regresado a su tierra, la Ribera del Duero, con la sensación de que la vida "es muy injusta". El "por qué unos tienen tanto, y otros directamente nada". La incredulidad de una vida opuesta, de un mundo diferente al nuestro, dentro del mismo planeta. Y que por desgracia, no tiene pinta de que vaya a cambiar.

Sigue el canal de la SER en WhatsApp
Encontrarás toda la información, el deporte y el entretenimiento: la actualidad del día y las noticias de última hora, los mejores vídeos y momentos de la radio, entrevistas, reportajes y mucho más.

Suscríbete ahora

Jorge Alvarado

Periodista. Responsable Digital de la SER en...