De OPAs y revuelta comunera
Las #ConversacionesCochinas de Marta Llorente
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Zazuar
El pasado mes de febrero empezó un hecho histórico, en Europa en general y en España en particular, con las grandes movilizaciones y manifestaciones del sector primario. Las reivindicaciones del sector agropecuario son ya por todos conocidas, no así, probablemente, los motivos de los agricultores y ganaderos en declararse “independientes”.
Como en cualquier sector, existen agrupaciones y asociaciones que representan a la gran mayoría de su gente, con el único fin de luchar todos juntos por un fin común, el mismo fin común. Como es lógico y normal, tiene que haber entidades con dirigentes que sean la voz de sus representados, sería inviable que cada uno por su cuenta se sentara en mesas de negociación o en ruedas de prensa.
En el caso del sector primario, los agricultores y ganaderos estamos representados por las Organizaciones Profesionales Agrarias (OPAs), cada uno elige a cuál de ellas quiere afiliarse como socio y así dejar en sus manos su representación a nivel institucional. Bien, como dije antes, se supone que todas las OPAs luchan por el mismo y único fin, el de defender el sector primario. Y aquí, es donde empieza el problema que desemboca en grupos “independientes”. Vemos como hay tres OPAs que tienen representatividad y sillón en mesas de negociación y otra más, que se supone muy representativa, pero que no tiene sillón en mesas de negociación. Al principio de las manifestaciones, los agricultores vimos cómo sus OPAs representantes eran incapaces de llegar al acuerdo de salir juntos en las manifestaciones para defender al sector primario, cuando los problemas son los mismos para todos, independientemente de que bandera de OPA quieran que enarboles. Ante esta absurda decisión de despacho, los agricultores dimos un golpe en la mesa y decidimos sacar nuestros tractores a la calle en defensa de nosotros mismos, todos juntos, sin banderas, de cualquier afiliación agraria, sólo defendiendo nuestros intereses y nuestra forma de vida. De esta manera, nos declaramos “independientes”. Era un gran toque de atención a nuestros representantes, haciéndoles saber que no estábamos dispuestos a que ellos también jugaran con nosotros. La misión de las OPAs debería ser defender al sector, no hacer política con el sector. Gracias a esta jugada maestra, y viendo que los agricultores nos levantamos en pie de guerra, por fin las OPAs, llegaron al acuerdo de movilizarse todos juntos en Unidad de Acción, lo que no sabían es que esa decisión ya llegaba tarde. Así pues, los trabajadores del campo seguimos firmes en nuestras manifestaciones, pero libres de banderas.
El gran mazazo llegó con las “43 medidas Planas”, si, el nombre se puede interpretar de varias maneras, cada cual que deje fluir su imaginación. Ante estas medidas que aportan poco, por no decir nada, a la problemática real del sector, hubo organizaciones que dieron su brazo a torcer vendiendo así a sus representados. Una por ser afín al gobierno y otra porque consiguió su único interés real, sentarse en el sillón de negociación. En cuanto a las otras dos, se supone que siguen en pie de guerra porque las medidas les parecen demasiado poco, pero sus movilizaciones y negociaciones, ni están, ni se las espera. No puedo pasar por alto hablar del caso de las OPAs de Burgos, pues es digno de mención y, sobre todo, porque es el que me atañe a mí directamente. Ante la negativa a salir en manifestación todos juntos y de hacer oídos sordos a las reclamaciones de los agricultores y ganaderos directamente, se empiezan a crear los grupos independientes y gracias al sentido común de los jóvenes representantes de una de las OPAs, se incluye a los independientes en una mesa de negociación con sus OPAs para exigirles que nos representen de verdad, que nos escuchen atentamente, que nos tengan en cuenta, que dejen de lado sus absurdas diferencias de despacho y se pongan a trabajar para el sector al que representan. Finalmente, ceden a las demandas y se convoca un amplio calendario de movilizaciones, ahora si, en Unidad de Acción real y con el consenso de todos sus representados.
Pero no penséis que aquí acaba la historia. A lo largo de las movilizaciones se empiezan a conocer las grandes diferencias entre unos y otros y los socios de una de las OPAs deciden presentar una moción de censura a su representante por la inacción real de representación firme de sus socios y defensa del sector primario. Dicho representante, hace oídos sordos a sus afiliados y, por su cuenta y riesgo decide hacer caso omiso a la moción de censura y seguir apoltronado en su sillón, pensando que ese puesto es muy importante, cuando lo realmente importante es que el puesto importante que tiene es ser agricultor y su orgullo debería de ser ese.
Dicen que ahora el sector está más dividido que nunca, personalmente creo que ahora es cuando está más unido que nunca, cuando los agricultores y ganaderos luchan codo con codo por sus intereses sin prestar atención a temas políticos ni dejarse ningunear por decisiones de despacho que no solucionan los problemas reales del campo. Creo que los empleados de las OPAs son los que hacen una labor encomiable a la hora de tramitar y gestionar nuestros expedientes, pero sus representantes han perdido la batalla de la acción sindical que tanto necesita nuestro sector primario. Por tanto, como gestorías no tienen precio, pero por lo demás, considero que han pasado a ser pequeñas Organizaciones Políticas Agrarias.
Ante tal cantidad de juegos de tronos que obvian la defensa real del sector al que representan, me viene a la cabeza la Revuelta Comunera de 1521 que se dio en Castilla, cuando unas personas nobles y de buen hacer se sublevaron ante el Señor por defender sus legítimos intereses. Está claro que #SoloElPuebloSalvaAlPueblo y que #JuntosSomosMasFuertes.
“Común es el sol y el viento, común ha de ser la tierra, que vuelva común al pueblo, lo que del pueblo saliera.”