La brecha orgásmica

Palencia

Hace años una brecha era para todos una herida, con abertura de la piel principalmente en la cabeza. Alguno seguro que volvisteis a casa alguna vez con una brecha de estas, sobre todo si eras de barrio o de pueblo.

Hoy la palabra se usa más como una diferencia entre situaciones de cosas o personas. La más común y utilizada en nuestros tiempos es la brecha salarial, que para unos no existe ya y para otros eliminarla es objetivo prioritario. También la brecha de desigualdad de género, la digital, la educativa o una de las más claras, la que hay entre ricos y pobres. Pero entre todas estas diferencias me sorprende una brecha que, no me lo negaran, resulta más desconocida y curiosa, la brecha orgásmica.

Si quieren más información pueden buscarla en internet en sitios más profesionales. Pero desde luego cuando la oí por primera vez me llamo la atención. De forma básica les diré que esta brecha se refiere a la diferencia que existe entre el número de orgasmos que tienen hombres y mujeres, sobre todo en parejas heterosexuales, porque en parejas homosexuales la brecha orgásmica disminuye considerablemente.

Es obvio que los motivos se deben a siglos de relaciones sexuales que giran en torno al placer masculino. En el pasado a los hombres se les ha consentido más explorar y expresar su sexualidad. Por ejemplo, se da por hecho que la mayoría de los hombres se masturban, sin embargo, es algo más tabú para las mujeres. Lo mismo ocurre con la búsqueda del placer de la pareja, a los hombres se les ha educado en buscar su propio placer y a las mujeres en agradar a los hombres, incluso fingiendo el orgasmo. O entender la penetración como el summum del acto, lo cual se ha demostrado que no es la mejor forma de llegar al orgasmo para el 80% de las mujeres. Con esta histórica falta de conocimiento de su propio cuerpo y de educación la mujer llego a este siglo en líneas generales teniendo menos orgasmos que los hombres.

En la actualidad y en mujeres más jóvenes, yo erróneamente pensaba que esta brecha estaba cerrada y que además lo hacía de manera exponencial, quiero decir que se avanzó más en los 10 últimos años que en los 100 anteriores y ahora en uno lo que en diez. Pero a veces lo que uno conoce no tiene por qué ser lo que de verdad exista, por ejemplo, yo en más de 40 años de experiencia laboral no he visto nunca que una mujer cobrara menos que un hombre en la misma función, lo que no quiere decir que no exista, sobre todo si pensamos que la mujer es la que trae físicamente a los niños al mundo y esto significa muchas veces un contratiempo en su vida laboral.

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Pensé también que la mujer de hoy es una mujer liberada que elige sus gustos sexuales sin pudor y que participa con un repertorio extenso del sexo, con fantasías incluidas y una actitud positiva y desinhibida. También que para el hombre es una satisfacción dar placer a su pareja. Pero resulta que las estadísticas siguen diciendo, me remito a la investigación “los jóvenes y el sexo”, que el 41% de los españoles tienen dificultad para llegar al orgasmo y que en este asunto las mujeres doblan a los hombres, casi un 60% sufre este problema frente a un 23% en el caso de los hombres, si esto es así, la brecha orgásmica que yo me había tomado a la ligera existe. Otra cosa es la multiorgasmia que tal vez iguale el cómputo global de orgasmos entre hombres y mujeres, además de sexo, un poquito de humor no nos viene nada mal.

Resumiendo, con estos antecedentes, solo nos queda al sexo masculino, ponernos las pilas y preocuparnos un poquito más por ellas.