Paco Santamaría: una mirada diferente tras el objetivo de la Ribera del Duero

Aranda de Duero

Paco Santamaría procura no mirar atrás en el sentido literal de la vida, pero sí "para ver cómo caminar hacia delante, porque hay cosas que no debemos olvidar". Olvidar es imposible para un fotógrafo como él -también quiso ser piloto-, reconocido, valorado, y querido en este territorio. Inmortaliza momentos. Buenos, malos, fríos, calurosos... La imagen dice mucho, pero al igual que la pintura, se basa en quién la mira, y cómo la mira. "Mi primera cámara fue de un primo mío, con el que descubrí la fotografía. Siempre quise serlo. Mi madre quería que fuera funcionario, pero peleé y dije que no, que quería ser fotógrafo", explica.

Santamaría creció en el barrio de Gamonal. "Era muy diferente al de ahora. Yo me asomaba a la ventana y veía a un pastor con ovejas. Era un Gamonal de jugar en la calle, oír a las madres 'sube a comer'. Ahí se forja un poco el carácter", reconoce. La cultura y la riqueza de vida, por cierto, ayudan a ver las fotografías de otra manera. Pero a él lo que le ha hecho aprender "es el fotoperiodismo", si bien, "ahí tienes lo bueno o lo malo, desde un accidente con atrapados, a la entrega de un premio". "Yo me encuentro cómodo a la hora de expresarme con fotografía, o con el material donde está impresa. Ahora tengo un trabajo sobre África. Lo que yo he fotografiado, es cómo viven felices en chabolas de barrio, mientras otros vivimos 'esclavizados' con hipotecas, coches e impuestos", añade.

Vivir de la fotografía

Pero este, tristemente, es un oficio al borde de la extinción. "Vivir solo de ella es muy complicado. En las charlas que hemos realizado en los cursos de la UBU, hablamos de que probablemente seamos la última generación que se vaya a dedicar exclusivamente a ella, si lo haces todo legal. Hablaba con fotógrafos de Málaga y Sevilla y al decirles que tenía un estudio se echaban las manos a la cabeza", detalla. Sobre las barreras, explica que "puede haber las de cualquier autónomo, pero sobre todo la principal es que la sociedad ha cambiado, para la gente la fotografía es su hobbie y hay quienes tienen hasta mejor equipo que yo; hay cuestiones factibles de hacer con un móvil".

Paco llegó hace 30 años a Aranda para trabajar en el periodismo. Apenas ha crecido en población, pero da abiertamente su visión sobre ella. "Podría ser más grande para demandar. Estamos en mitad de la A-1. Me meto en la ciudad y no me lo creo. Hay veces que parece abandonada, dejada en el sentido de un comercio que no emerge. Actividades culturales hay mogollón, otra cosa es que no quieras ir. Y ahora hay veces que hasta se concentra todo entre mayo y septiembre. Mi calle los lunes se puede hasta aparcar, y es triste que no haya actividad. Mucha edificación medio tirada...", lamenta, esperando mejoras.

Fotografía

La primera imagen de la que se acuerda fue "llegar y me presentaron un mogollón de compañeros de prensa" porque antaño el fotógrafo iba con el periodista, pero eso "se fue diluyendo" al reducir personal. "Tenemos un móvil que para una rueda de prensa vale. Pero depende de la foto que quieras. Yo intentaba hacer algo diferente, dependiendo de lo que cada uno dijera o la persona", explica.

La mirada de Paco es igual que la de los demás, pero a la par, es diferente al resto. Es capaz, fruto de su experiencia y formación, de ver lo que otros no pueden, o no saben. Él siempre entendió, que lo importante se halla en la mirada. Pero por fortuna, y a través de las fotografías, decidió compartirla con el resto.

La charla al completo con el fotógrafo, en compañía de Ausencio Frutos y de Valentín García puede reproducirse en el audio superior.