El servicio de autobús entre Aranda y Madrid suma la enésima incidencia
A los nefastos horarios y largos trayectos que se ofertan a diario se suman averías, como la sufrida este martes, que dejó una hora a los pasajeros en tierra
Aranda de Duero
En una era en la que se pide apostar por el transporte público por aquello de ser respetuoso con el medio ambiente y favorecer la movilidad sostenible, en Aranda de Duero lo tenemos difícil, como poco. Y es que a la falta manifiesta del Tren Directo, cuya reapertura según las declaraciones del ministro Óscar Puente parece compleja -con la vista puesta solo en la rentabilidad económica-, se le suman unas conexiones en autobús cada vez más deficientes que los propios ciudadanos están experimentando en sus carnes, a los que se suman averías como la que sin ir más lejos sucedía este mismo martes.
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En el bus programado a las 15 horas, el vehículo sufrió una incidencia técnica que le impidió iniciar el viaje, teniendo que llamar y esperar al mecánico con todos los pasajeros en tierra durante una hora, al no disponer de otro autobús de retén que pudiera iniciar la marcha. Los propios viajeros, indignados, comentaban en el lugar que este tipo de averías no son excepcionales, y situaban la última este pasado fin de semana. Aunque de lejos, el viaje más ilustrativo tuvo lugar cuando en 2022 un bus que salió de Madrid se averió, el que recogió a los pasajeros a los pocos minutos también lo hizo, y fue finalmente un tercer vehículo el que acabó con mucho retraso trayendo a todos los pasajeros a destino.
Malas frecuencias y conexiones
Cabe recordar que este es uno de los servicios más utilizados al unir la capital ribereña con la capital de España. De viernes a domingo hay una amalgama de servicios (y a la vista está cuando uno pasa por la estación de autobuses, muy utilizados, sobre todo por estudiantes). Ahora bien, de lunes a jueves las frecuencias se limitan a cuatro diarias -en el inicio de la concesión había al menos una más, pero la empresa decidió recortarlos-, siendo tres de ellas de paso por pueblos, lo que amplía el tiempo de viaje. Eso por no hablar de la mala elección de los horarios.
Si nos ponemos en el ejemplo de una persona de Aranda que tenga un trabajo híbrido (mezcla entre teletrabajo y presencial) y necesite desplazarse a la capital, o incluso hacer papeleo a una hora prudente, en autobús ya es imposible: el primero sale de Aranda a las 7.45 de la mañana y llega a Madrid a las 10. ¿No debería tener Aranda un servicio madrugador al igual que lo tienen otras ciudades cercanas con el tren?
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Lo mismo ocurre en caso de tener que emprender un viaje y buscar un enlace a Madrid. En dirección a la capital, se deja a la izquierda el aeropuerto de Madrid-Barajas, con el que tiene conexión hasta Lerma -antiguamente Aranda sí la tenía, porque ahora no-. Viajando en autobús, sería imposible llegar a Barajas antes de las 11 horas. Parecido si la idea es coger un tren temprano. Y no hablemos de la vuelta: el último autobús para venir desde Madrid a diario es a las 18.15 horas, otro horario inexplicable que obliga a llevarse el coche sí o sí, o buscar uno compartido (si es que hay suerte) para evitar quedarse en tierra.
Así las cosas, una vez más ha quedado retratada la limitada y mal planteada conexión con Madrid de una población tan cerca, y a la par, tan alejada, a la capital del país.
Jorge Alvarado
Periodista. Responsable Digital de la SER en...