Historias de Salamanca. Las tres estancias de Cristóbal Colón en Salamanca
La última vez que estuvo en la Ciudad, poco antes de su muerte, fue para reclamar al rey Fernando el Católico derechos del Descubrimiento
Salamanca
El 20 de mayo de 1506, a 120 kilómetros de Salamanca, en Valladolid, muere Cristóbal Colón.
Unos meses antes ha estado de nuevo en Salamanca.
Será su última estancia.
Historias de Salamanca 20 mayo 2024
05:55
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Duró cuatro meses y medio y tenía como objetivo que Fernando el Católico le pagase lo que le debía. Fernando, que no Isabel, que ya había fallecido. Fernando le daba largas, buscaba intermediarios y ponía disculpas de eso que se llama “mal pagador”.
Colón había venido a Salamanca en mula y muy enfermo. Llegó el 2 de noviembre de 1505. En pleno invierno. Que sepamos era su tercera estancia en nuestra ciudad.
La primera vez que Cristóbal Colón estuvo en Salamanca fue el 8 de abril de 1486. Vino siguiendo a la Corte y deseoso de dar a conocer a Isabel y Fernando su proyecto de viajar a las Indias por una ruta más corta. Los Reyes buscaron la confirmación del proyecto en la que se conoce como Junta de Salamanca, que es muy posible que se reuniese y estudiase el viaje en profundidad durante la segunda visita de Cristóbal Colón: entre el 2 de noviembre de 1486 y el 30 de enero de 1487.
Colón pasó la Navidad de aquel año de 1486 en Salamanca explicando cómo llegar a las Indias por mar a una Junta de Salamanca en la que estaban Fray Hernando de Talavera y Rodrigo Maldonado de Talavera, y seguramente también algún maestro de la Universidad de Salamanca. Las reuniones tenían lugar en el convento de San Estaban, cuya orden, los dominicos, acogieron a Colón como a un hijo, en el Convento y allá en la residencia de Valcuevo.
De aquella estancia salmantina, la segunda de Colón, salió algo parecido a un acuerdo, porque el marinero comienza a recibir de la Corona una cantidad de dinero. Lo que llamaríamos financiación. Es probable que fuesen más convincentes las intervenciones de Diego Deza, cercano a Isabel y al príncipe Juan, que las opiniones de la Junta, a la que no le salían las cuentas, en román paladino, la Junta aseguraba que lo que planteaba Colón era imposible. Y lo era a la vista de los cálculos y la cartografía que se manejaba entonces.
Pero Cristóbal Colón lo consiguió.
La proeza colombina conllevaba unos derechos que Colón reclamó para él y su familia, y que la Corona sorteaba como podía: Fernando el Católico se hizo el remolón a dichas reclamaciones y de ahí la tercera y última estancia de Cristóbal Colón en Salamanca, en 1505, un año antes de morir.
La presencia de Colón en Salamanca está presente entre los muros del convento de San Esteban y también en el pedestal de la escultura a Colón en la plaza que tiene su nombre. Un monumento de Eduardo Barrón inaugurada el 9 de septiembre de 1893 con un año de retraso sobre el año previsto: 1892.
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