Historias de Salamanca. Los orígenes de una fiesta, San Juan de Sahagún
El 12 de junio la Ciudad celebra a su patrono, con fama de conciliador, taumaturgo y vehemente en las homilías, una de las cuales acabó con su vida
Salamanca
Desde el 12 de junio de 1869 Salamanca celebra cada doce de junio la fiesta de San Juan de Sahagún, porque así lo ordenó el papa Pío IX después de la insistencia del Ayuntamiento de Salamanca, a quien informó el obispo Joaquín Luch en 1868, año en el que fue designado obispo de Salamanca. Un año después participó en el Concilio Vaticano I. Y terminó sus días de cardenal después de haber sido obispo de Barcelona y arzobispo de Sevilla, en cuya catedral está enterrado desde 1882.
Historias de Salamanca 11 junio 2024
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Pío IX concedió que se celebrase el 12 de junio la festividad de San Juan de Sahagún a lo grande, “con rito doble de primera clase, con octava y bajo ambos preceptos de asistir al santo sacrificio de la misa y abstenerse de trabajar el día 12 de junio. Añadiendo la facultad de que en dicha fecha se pueda usar, por uno y otro clero secular y regular, del oficio con misa propia del mismo Santo, concedido por la sagrada congregación de ritos a la orden de ermitaños de San Agustín, observando las sagradas rúbricas, según cuenta en su Historia de Salamanca Manuel Villar y Macías.
La concesión lleva fecha de 23 de julio de 1868 y otorgada en Roma.
La beatificación de San Juan de Sahagún fue firmada por Clemente VIII el 13 de junio de 1601 después de considerar las peticiones que desde los Reyes Católicos a Felipe III habían cursado casi todas las familias reales españolas.
Un año después, el 5 de junio de 1602, el Ayuntamiento de Salamanca declara a Juan de Sahagún patrono de Salamanca organizándose a partir de ahí misas y celebraciones en su memoria. Y finalmente, el 17 de octubre de 1690 es canonizado por Alejandro VIII, aunque la documentación la firmó su sucesor, Inocencio XII, el 15 de julio de 1691, renovando después el Ayuntamiento sus votos con el Santo.
Los restos del Santo estuvieron primeramente en un arca de piedra, que después fue de metal dorado. La supresión de las órdenes religiosas por parte de José I, hermano de Napoleón y rey impuesto por la invasión francesa, llevó la urna a la Catedral en 1809.
Años después de la francesada, en 1816, se trasladaron los restos al convento que los agustinos habían establecido en la casa de los Abarca al haber quedado el suyo destruido por la francesada. Pero en 1821 la urna retorna a la Catedral por una nueva supresión de las órdenes religiosas. Y tres años más tarde vuelven al convento, aunque el 1 de septiembre de 1835 quedan establecidas en la Catedral. Hasta ahora.
Juan de Sahagún había muerto el 11 de junio de 1479 dejando atrás mil y un milagros, sermones memorables y una labor pacificadora de los bandos salmantinos que salvó muchas vidas. Pero perdió la suya envenenado por una mujer cuyo amante la abandonó tras escuchar un sermón del Santo, según cuenta la tradición. Hoy, un día después de su muerte oficial, el 11 de junio, celebramos su fiesta como Patrono de la ciudad..