El ruido en Coca no cesa

Valladolid

La zona acústicamente saturada de Coca no está funcionando. Es más, hay puntos en los que los niveles de ruido han aumentado, a pesar de que hace dos años, esta declaración aprobada en el Ayuntamiento, aseguraba una serie de medidas para intentar hacer compatible el ocio nocturno con el descanso vecinal.

Un problema que ya se apuntaba en la última reunión de la Mesa del Ocio Nocturno -en el que se dan cita ayuntamiento, hosteleros y vecinos- y que transcurridos otros dos meses se ha ratificado. Además, advierten los afectados, el ruido se verá agravado con la llegada del verano, cuando las terrazas se multiplican y la gente está más en calle.

A todo ello se une además la costumbre, prohibida por cierto, de dejar abiertas las puertas de los establecimientos, algo que no solo ocurre en la zona de Coca, por cierto, tal y como recuerda Juan Fernández, de la Asociación de Vecinos de la Zona Centro: "Es otro problema añadido, porque en verano los bares tienden a dejar abierta la puerta, aunque esté prohibido. Aunque hay menos gente porque la parte de los estudiantes están de vacaciones, pero algunos de los bares tienen a tener esa puerta abierta".

Por eso quieren convocar la Mesa, porque aunque reconocen que la ZAS de San Miguel sí está obteniendo buenos resultados, en Coca habría que revisar las cosas.

Nueva zona en Cantarranas

Mientras, ya se estudian los niveles de ruido de Cantarranas, que se postula como la peor de toda la ciudad, aunque hasta enero no sabremos los resultados: "De las que se están midiendo es la peor con creces, parece que hemos descubierto que es una de las zonas con más problemas; el criterio del ayuntamiento es dejar los sonómetros durante un año y después se analizan las mediciones y si superan los límites, se declara". "Sabíamos que desgraciadamente no va a haber ninguna duda de que se superan los límites establecidos por ley", asegura.

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Catedral

Esa es la nueva zona que se prevé, pero en el punto de mira de los vecinos está la zona de la Catedral, donde proliferan las terrazas incluso en invierno. Creen que es un punto de la ciudad susceptible de poder convertirse en una zona ZAS, aunque para eso el consistorio debe instalar los sonómetros para, un año después, analizar los datos y tomar una decisión.

Dos en un año

El año 2022, bajo la gestión de PSOE y Toma la Palabra, Valladolid aprobó la puesta en marcha de dos zonas acústicamente saturadas que tenían como objetivo compatibilizar la actividad del ocio nocturno y el descanso vecinal, dos realidades antagónicas condenadas a entenderse.

El primer paso consiste en la instalación de sonómetros en puntos estratégicos de la zona a estudiar para, después de un año, ese es el criterio que sigue el consistorio vallisoletano, evaluar los datos recabados. De esta forma, si los límites superaran los niveles marcados por la ley, la declaración ZAS se hace ineludible.