Sociedad

La Pia Unio de Pablo de Rojas en Alar del Rey: reto al Vaticano desde la calle Generalísimo Franco

Es una de las calles de la provincia que continúa exhibiendo un nombre franquista a pesar de la Ley de Memoria Democrática

El edificio de la Pia Unio del falso obispo Pablo de Rojas que funciona como casa sacerdotal y seminario en Alar del Rey, luce una placa con su ubicación en la calle Generalísimo Franco, contraviniendo, con doctrina y dirección, a la Iglesia Católica y la Ley de Memoria Democrática. / Almudena Álvarez

Palencia

La Pia Unio del falso obispo Pablo de Rojas tiene en Alar del Rey (Palencia) un edificio que anuncian como casa sacerdotal y seminario, convertido junto al convento de Belorado (Burgos) en símbolos de su reto al Vaticano, y en el que se han afanado en ensalzar con una lustrosa placa que se encuentra ubicado en la calle Generalísimo Franco.

Aunque la responsabilidad de que esa calle siga llamándose así, contraviniendo la Ley de Memoria Democrática, no es de la Pia Unio sino del Ayuntamiento, Pablo de Rojas y su seguidor José Ceacero se han encargado de destacar esa circunstancia con un cartel que ensalza el hecho de operar desde esa dirección postal en concreto, con lo que el desafío es doble: religioso y político.

Mientras el Ministerio de Cultura anuncia que ha iniciado los trámites para la extinción de la Fundación Francisco Franco, hay municipios que mantienen en su callejero nombres franquistas.

Según el mapa del proyecto deberiadesaparecer.com creado por la Fundación Jesús Pereda de CCOO, en España aún quedan 6.000 elementos franquistas, en Castilla y León 353 y en la provincia de Palencia, una treintena.

En Alar del Rey, por ejemplo, confluyen varias circunstancias que colocan este municipio en la diana. Por un lado, es uno de los muchos pueblos de Castilla y León que mantienen nombres franquistas en su callejero a pesar de que la Ley de Memoria Democrática obliga a quitarlos desde 2022.

En su callejero hay menciones al General Mola, Queipo de Llano o Calvo Sotelo. La idea del Ayuntamiento es quitar esas placas. En declaraciones a EFE, el alcalde, Roberto Santos, ha reconocido que es una asignatura pendiente de la nueva corporación del Partido Popular que tomó posesión hace ahora justo un año, aunque antes también gobernaba el mismo partido.

"El proyecto de cambio de nombre de calles está aprobado, pero por unas cosas o por otras, lo vas postergando", reconoce Roberto Santos, a la vez que confirma que antes de que acabe esta legislatura habrán desaparecido los nombres franquistas de las calles de Alar. “Incluso, si es posible, tras el verano”, añade.

Sin embargo, a día de hoy basta dar un paseo por la localidad o navegar por Google Maps para comprobar que siguen insitu placas e insignias que debieran haber sido retiradas para dar cumplimiento con la Ley de la Memoria Democrática.

El yugo y las flechas sobre el dintel de las puertas de las viviendas de protección oficial levantadas por el Ministerio de la Vivienda franquista, los nombres de José Calvo Sotelo o del General Sanjurjo deteriorándose por el paso del tiempo en fachadas recién pintadas, o la supresión de dos pasos a nivel anunciada por el Administrador de Infraestructuras ferroviarias en las calles Generalísimo Franco y Abilio Calderón.

Pero lo que más llama la atención, más aún con el revuelo generado en torno a las clarisas de Belorado que han sido finalmente excomulgadas, es el inmueble ubicado en la calle Generalísimo Franco, número 15, tal y como reza la placa de la entrada del edificio de la Pia Unio Sancti Pauli Apostolo que funciona como casa sacerdotal y seminario para vocaciones adultas.

Es esta la otra circunstancia que ha colocado a este municipio palentino, aunque de refilón, en los medios de comunicación, por ser sede de las creencias que lidera el falso obispo Pablo de Rojas y que han provocado el intento de cisma de Belorado.

En la entrada del edificio, que la Pia Unió primero alquiló y acabó comprando y reformando hace dos años, han colocado una enorme, cuidada y decorada placa en la que puede leerse Villa San Pablo Apóstol y la dirección en la que se ubica: Generalísimo Franco, número 15.

Aderezan esta placa con otros símbolos, como un cartel con los colores de la bandera de España en la que se puede leer "Reinaré en España", un Sagrado Corarón y una virgen de Covadonga, pero en el pueblo poco saben de la gente que habita el reformado palacete.

"La relación con los vecinos es nula", explica a EFE el alcalde, que reconoce haber visto en alguna ocasión al que ha ejercido como portavoz de las monjas, el falso cura Fran Ceacero, paseando por el pueblo con un perro. Aunque ahora tanto el cura falso como el falso obispo, a los que las monjas han acabado echando del monasterio, residen en Bilbao.

En general, en esa casona situada justo a la entrada del pueblo, nada más cruzar el puente que sortea el río Pisuerga y se convierte en meta de piragüistas en el descenso internacional, apenas se ve movimiento.

Y menos después de que todo saltara por los aires a 120 kilómetros de distancia, en el monasterio de Santa Clara de Belorado.

"Desde que llegaron, nunca han hecho nada en el pueblo para darse a conocer", señala el alcalde. Aunque desde su llegada a Alar ya se sabía que eso de la Pia Unio no tenía mucho de católico porque el Obispado les había advertido.

"Nunca pensamos nada malo de ellos, más allá de lo peculiar del asunto porque no deja de ser gente tranquila y discreta", sostiene el alcalde.