Arsenio Escolar: de vender champú y descargar carbón a la primera plana del periodismo en España
El reconocido periodista detalla en nuestro Viaje por la Memoria sus inicios, la vinculación con su Torresandino natal y el paso de opositar para ser docente a escribir en El País
Arsenio Escolar: de vender champú y descargar carbón a la primera plana del periodismo en España
Torresandino
Arsenio Escolar no necesita presentaciones. Su nombre es reconocido con facilidad por su inquebrantable trayectoria periodística que le llevó a dirigir una publicación de prestigio como 20 Minutos durante 17 años y ser subdirector de El País, pero también por el amor que siempre le ha mantenido tanto a la lengua como al relato. Pero esta vez el acostumbrado entrevistador ha quedado entrevistado. Y durante muchos minutos, nos ha abierto las puertas de su memoria para acompañarle en un viaje que nos lleva a sus orígenes en Torresandino, donde nació y creció, y donde le entrevistamos en Hoy por Hoy Edición Ribera.
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Sus inicios y la influencia de la abuela paterna
"Yo creo que logré ese sueño que tenía de emigrar y triunfar, y estoy feliz de poder hablar de ello en mi pueblo. Torresandino me tira porque mi padre -que se dedicó en cuerpo y alma al sector primario- y dos de mis hermanos viven aquí, al igual que lo hicieron mis hijos, que han estudiado en el colegio en el que yo lo hice. Yo soy del 57, y mi quinta fue la que lo inauguró. Incluso una de mis primeras maestras, lo fue después de mi hijo mayor", explica, detallando aquella escuela en época franquista.
En la familia de Arsenio siempre hubo muchos libros y letras. Pero tiene explicación. Su abuela paterna fue hija póstuma de su padre, y su madre murió cuando tenía seis años. "Ella se crió con dos tíos, y su tío era cura. Tenía muchos libros que siguen en mi casa. Uno incluso del siglo XVI, y muchos del XVIII y XVIII. Su pasión por la lectura me la contagió. Y cuando tenía diez años me trasladó el ir al seminario, que fue donde empecé a escribir y ganaba los concursos literarios, e incluso un premio de poesía", detalla, valorando su formación, si bien cinco años después decidió salirse. Poco después su abuela quedó ciega, y Escolar le leía cada tarde.
El salto a la información
Arsenio quería ser escritor. "Pero si hacía filología tenía que irme a Valladolid y yo no quería. Me matriculé en periodismo porque era la manera de ir a Madrid. Me matriculé allí en el segundo año en filología, y me licencié en las dos carreras. La idea era ser profesor de lengua y literatura. Ya estaba casado y tenía dos hijos; los tuve con 18 y 20 años. Así que me ganaba la vida descargando carbón, o incluso vendiendo champú. Sacaba mis estudios y a mi familia adelante. Con 24 años tengo idea de presentarme a las oposiciones:, hago el máster pero incluía prácticas y me tocó el Calderón de la Barca, que por cierto, heredé las clases de la mujer de Felipe González, Carmen Romero. Y a la vez vendía reportajes a los periódicos. Hasta que un día volviendo a casa, me llamaron de El País. El número tres del diario me dijo que si me presentaba allí al día siguiente me daba trabajo. Y ya no oposité", explica.
De padre a hijo periodista
Escolar se trajo a su familia de vuelta cuando fundó el Diario 16 de Burgos. Porque fundó muchos periódicos. De alguno fue hasta accionista. Tanta letra, y tanto amor por ellas, hizo que su hijo Ignacio siguiera el mismo camino. En contra de su idea, claro. “Ignacio es periodista contra mi criterio”, responde inicialmente Arsenio, con un gran paralelismo a la abuela que le encomendó ser cura. “Cuando me dijo que quería hacer periodismo intenté sacarle la idea de la cabeza; le dije haz lo que quieras, eso sí, no vengas a pedirme empleo nunca. Era músico, hizo 50 conciertos en un año y le iba bien, pero luego su grupo se peleó y a Ignacio le pudo el periodismo", desgrana.
Sobre esta profesión, la de periodista, la cataloga como "maravillosa", aunque "con muchas dificultades", si bien "yo soy de los que veo oportunidades en ellas". "Hay muchas cosas que están entre mal y muy mal, pero se pueden hacer muchas cosas nuevas y repensar los formatos. Presido una asociación de editores con 193 empresas asociadas desde hace 20 años. Y vemos bien qué pasa. Muchos son apocalípticos, pero yo creo que somos capaces de reinventarnos y hacer cosas nuevas", aporta.
Torresandino, despoblación y medio rural
Al frente de la iglesia del pueblo en el que nació con un padrón e 1.500 habitantes, ahora Torresandino cuenta con 600 vecinos. "Lo que ha pasado en medio lo hemos visto en toda España. Los procesos industrializadores vaciaron los pueblos. Yo me temo que tal y como conocimos los pueblos no volverán. Pero con las nuevas tecnologías hay una oportunidad para ellos", asevera, y más si se apuesta por la cultura. Con un certamen literario a su nombre que es todo un reclamo, Escolar tiene claro que el dinamismo y la cultura ayudan a asentar población y pueden supeditar la subsistencia de muchas localidades del medio. “Estos pueblos tienen más oportunidades que en los más pequeños donde falta gente que tire del carro”, concreta.
Escolar cierra reconociendo que está escribiendo una novela. En ella habrá muestra de lo rural. Porque precisamente el reportaje que cambió su vida en El País, era sobre la despoblación. Con una intrahistoria que nunca olvidará, por cierto, y que relata en esta amable entrevista. "Aquí están las historias. Y sí, hay esperanza para los pueblos", sentencia, con la mirada puesta en el suyo. El lugar que le hizo ser lo que hoy es.
La charla al completo en este espacio junto a Ausencio Frutos en el Hoy por Hoy Aranda de Valentín García puede reproducirse en el audio superior.
Jorge Alvarado
Periodista. Responsable Digital de la SER en...