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Raúl Berzosa: el obispo de Aranda que ha promulgado la fe por todo el mundo

Tras un largo periplo por Francia, Colombia y República Dominicana, este mes de septiembre espera conocer destino. Comparte su pasado, familia y felicidad con los oyentes de la SER a través del recorrido por la memoria

Raúl Berzosa: el obispo de Aranda que ha promulgado la fe por todo el mundo

Raúl Berzosa: el obispo de Aranda que ha promulgado la fe por todo el mundo

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Aranda de Duero

Probablemente Raúl Berzosa no necesite presentación. Su rostro y su carrera en la fe y el cristianismo, que le han llevado por medio mundo, son sobradamente conocidos. Pero a buen seguro sus recuerdos, juventud, y las muchas experiencias y vivencias allá donde ha compartido su sentir con el resto de mortales, tienen mucha miga. Es por ello que el arandino ha sido en esta ocasión el invitado en nuestro recorrido de la memoria en compañía de Ausencio Frutos.

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Partiendo de la base, o del principio, Berzosa ha reconocido que de pequeño quería ser músico como su padre, y no separarse de la familia. Se lo dejó claro al sacerdote que en el Claret sacó a los más espabilados de clase -entre los que estaba Raúl- para llevarles por la orilla del Arandilla y proponerles ser misioneros. Se recuerda emprendedor y líder desde joven "para lo bueno y lo malo". Y amante de la música. Porque nació en el patrón de los músicos, y con un piano ya en casa. Precisamente cataloga la música como un vehículo para “proponer y no imponer” y hacer conectar a los jóvenes con la religión.

Raúl Berzosa, con 6 años

Raúl Berzosa, con 6 años / cadde

Raúl Berzosa, con 6 años

Raúl Berzosa, con 6 años / cadde

Con tan solo nuevos años salió al seminario, en una marcha que recuerda "llorona", y en la que reconoce tuvo sus dudas en la fe, que se resolvieron de forma definitiva después. “Fue enriquecedor pero duro. Yo a los 13 años me pregunté si existía Dios y quién era. Y me inquietaba quién había hecho a Dios. Pero hacia los 15 años, leyendo las cartas de San Juan, hubo una revelación que me cambió los esquemas: Dios es el amor y es lo mejor que llevamos dentro”, explica.

Familia

Raúl es el primero de sus hermanos. Cinco en casa. Casualmente el mayor y la pequeña, fueron quienes acabaron recorriendo el sendero de la cristiandad como forma de vida. “El señor tiene designios que no esperamos. Mi madre con 14 años estaba dispuesta a ser religiosa, y cuando estaba dispuesta a ir a Italia, mi abuela dijo que no. Justo ahí conoce a mi padre, que con 19 fue a hacer la mili, junto a Palenzuela. Y fruto de esos noviazgos, se casan. Mi padre no era tan religioso, pero sí cumplidor. Y a partir de ahí el Señor sabe lo que hace", relata Berzosa, quien comenta además una anécdota. "En las fotos que tenemos de comunión, ella -Verónica- y yo, por iniciativa del fotógrafo, nos puso mirando a un crucifijo. ¿Qué vio aquel fotógrafo? No lo sé", responde.

Raúl Berzosa, en su comunión

Raúl Berzosa, en su comunión / cadena se

Raúl Berzosa, en su comunión

Raúl Berzosa, en su comunión / cadena se

A su hermana se refiere de hecho como "un milagro". "Ella no tenía clara su vocación, porque quería ser médica, pero no tenía la nota suficiente por lo que había que hacer un curso puente de un año. Estando en Valladolid, ella conoce por medio de un claretiano a las Clarisas de Lerma de forma peculiar. Tuvo un desencuentro con el padre Santiago, que se marchó a Corea. Le mandaba cartas a ella, e iba a entregárselas entre otros lugares a Lerma. Poco a poco entendió que no era gente que huyera o se riera de la vida, sino que era gente interesante. Me dice que va a tener una experiencia. Y el primero que no creía en su vocación era yo. Pero ahí está. Eso es una llamada enorme de Dios", explica, antes de detallar a su hermana como "sensible, activa e inteligente", además de "líder" en lo familiar.

Vida, retiro y obra

El obispo emérito de Ciudad Rodrigo reconoce "haber vivido intensamente y de verdad" a sus 66 años. Pero en esa vida también ha tenido un papel relevante la ‘soledad’, "que no es lo mismo que solietariedad". “La soledad es buena. Ser como nadie implica soledad radical, que con fe es habitada, porque te aparece el Señor, y si no la tienes, es más densa, pero es necesaria”, comenta, antes de relatar una de las historias quizás más llamativas de su vida. Con la formación recibida en El Vaticano, a sus 27 años, decidió emprender un retiro total. Durante un mes se buscó la vida en unas cuevas al sur del país. Fue un retiro espiritual completo. "Estaba solo con mi Biblia, y como prometí, me dedicaría a lo que al abrirla me encontrara", detalla, desgranando que lo hizo al Cantar de los Cantares. En todos estos años, cuenta por decenas los libros -60-, estudios y publicaciones bajo su nombre.

Raúl, junto a Benedicto XVI

Raúl, junto a Benedicto XVI / Cadena SER

Raúl, junto a Benedicto XVI

Raúl, junto a Benedicto XVI / Cadena SER

Un periplo amplio

Su periplo en Latinoamérica le ha permitido ver una realidad dura y dantesca "que debe comprobarse y ante la implicarse haciendo lo que puedas". Pero antes, durante casi una década, fue Obispo de Ciudad Rodrigo, y espera nuevo destino. "Lo que el Papa quiera. Se supone que ahora en septiembre conoceré destino y cabe todo. Quedarme en España o irme fuera. Estoy abierto a todo. Donde se me necesite. El único impedimento es la salud, pero mientras la tenga, estaré donde se me necesite", sentencia, explicando que la unión de las diócesis de Ciudad Rodrigo y Salamanca, además de ciertas cuestiones desagradables, provocó un cambio en su vida. "Puedo decir que gracias a esa salida tras ocho años, he conocido muchas cuestiones que me hacen ser plenamente feliz", sentencia.

La charla al completo puede reproducirse en el audio superior.

 
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