Los trabajadores del centro Zambrana denuncian la degradación de la figura del educador

Valladolid

Zambrana es un centro de menores situado en Valladolid y que da servicio a toda la comunidad. Allí es donde los menores que han sido condenados a medidas de internamiento cumplen con ellas. En abril los trabajadores denunciaron las condiciones laborales con un 35% de la plantilla de baja, algunos por problemas de estrés debido al sobreesfuerzo. La situación llegó a tal extremo que los incidentes entre trabajadores e internos se habían vuelto cada vez más frecuentes.

La aparente solución se demoró, pese a las manifestaciones de los trabajadores, hasta verano, cuando llegó una nueva empresa, tal y como ha explicado para los micrófonos de Cadena Ser Rosana, educadora del centro y miembro del comité de empresa de UGT. Asegura que las bajas sin cubrir han quedado en el pasado, aunque hay problemas que continúan y algunos nuevos.

Uno de los que persiste es la saturación del centro, aunque mejora levemente, de los 64 menores que se encontraban internados la cifra se ha reducido hasta los 55, aunque las cifras de fugados continúan siendo similares, entre los 12 y 14 y recuerdan que si estos menores se presentan tienen la obligación de admitirles, aunque no hay camas disponibles.

Y entre los problemas nuevos denuncian que denuncia que a los educadores se les están ofreciendo contratos de Auxiliar Técnico Educativo, una categoría profesional inferior a la que les correspondería y que deriva en un empeoramiento de las condiciones laborales. Aseguran que con esta decisión están precarizando el trabajo y reduciendo el salario de los profesionales.

Reivindican la importancia de crear unas condiciones laborales atractivas para que se incorpore a la plantilla personal con experiencia en este campo concreto porque si no se genera una provisionalidad de gente que llega nueva y que sin tiempo de formarse.

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Reivindican que todo el que se incorpore a la plantilla tenga un periodo de prueba anterior, ya que Zambrana es un servicio muy complicado, temen que los chicos se sientan fortalecidos en sus conductas disruptivas sin alguien con la suficiente experiencia para atajar estos comportamientos. Además, afirman que hay incidentes que se podrían resolver con una acción temprana, pero con ese volumen de internos, en ocasiones no llegan a todo.

También piden a la Junta que trabaje para ayudar no solo a nivel económico y asistencial a los trabajadores, respetando sus categorías profesionales, sino para evitar problemas de salud mental.