Opinión

La patata de mi vida

La Firma de Guillermo Flores

"La patata de mi vida", la Firma de Guillermo Flores

Palencia

El jamón, las croquetas, la tortilla o las patatas bravas son platos de culto en nuestro país, mala hora para hablar de estos manjares que nos gustan a todos. Algunos de estos platos como la tortilla, ha encumbrado a Palencia con premios en más de una ocasión, 4 veces fue la mejor tortilla de España la de Ciri de La Encina. Y ahora tenemos a San Remo compitiendo también a nivel nacional o fuera de concurso las del Bar Carlos en el que almuerzo yo con frecuencia esas tortillas poco hechas como me gustan a mí.

Otras recetas como las patatas bravas son también memoria gastronómica de nuestra vida. Quien no ha comido las archifamosas bravas de la mejillonera o seguro que recordáis las del Casablanca. Y seguro también que cada uno de nosotros tenemos algunas menos conocidas que recordamos con nostalgia. En mi caso unas que me ponían a modo de tapa en una tasca que había en el costado de la desaparecida iglesia de San Antonio, con un mosto mientras leía la prensa deportiva y esperaba el partido del domingo en la Balastera.

Yo diría que eran unas patatas marraneras, patata, pimentón y un poco de aceite, muy típicas de la matanza. En Palencia se recuerdan algunas marraneras de estas, las del Bar Balmes, La Palentina, el Vivas, La Viña o ahora las siguen haciendo en El Cobre o en el Casco Viejo.

Mención aparte merecen las patatas a la importancia un exquisito plato oriundo de Palencia, posiblemente la receta más exportada de nuestra provincia incluso más que la menestra. Y de este plato me quedo con las de mi madre y también con las de mi suegra. En cualquier caso, las patatas siempre han sido una ración muy demandada por que además de estar ricas, son un plato contundente, nutritivo y económico, o lo eran…

Con patatas se mueven también los guisos de más de 60 encuentros de ollas ferroviarias que se hacen por la zona cada año.

Y es que somos tierra de patatas, en donde sobresalen las de la comarca Boedo- Ojeda, las de Palenzuela o las patatas de siembra de La Valdivia, de donde salen luego las reconocidas también, patatas gallegas

Con este currículo patatil a Javier San Segundo, un emprendedor de libro se le ocurrió hace años poner en valor las bravas y crear un concurso que camina con paso firme y que el pasado lunes celebro su quinta edición. “Una de bravas” elige las mejores bravas de España y porque no las del mundo. El certamen goza de gran popularidad sobre todo fuera de nuestras fronteras y hace que el nombre de Palencia resuene a pesar, y esta es mi reflexión, de la pereza de los cocineros palentinos cuya participación fue escasa. ¿Será por aquello de que nadie es profeta en su tierra?

Todos tenemos unas bravas que recordar y unas patatas de nuestra vida.