Sociedad

Promesa, retrasos y muertos en 30 años de olvido de la A-11

La N-122 es una de las carreteras más mortíferas de Castilla y León, cuya sucesión de siniestros transcurre paralela a las promesas políticas de conversión en Autovía del Duero, de la que apenas está construida la mitad de su trazado 30 años después de su aprobación

Imagen de archivo de uno de los accidentes mortales más graves en la N-122 en los últimos años / Bomberos Diputación Valladolid

Ribera del Duero

La N-122 se encuentra cada año entre las de mayor siniestralidad vial en Castilla y León y en la cima de los accidentes mortales. Con el último fallecido suman ya 18 las personas que han perdido la vida en esta carretera en los últimos cinco años (según datos de la agencia ICAL entre 2020 y mediados de 2023 habían fallecido 14 personas en esta vía, a los que hay que sumar, según datos de esta redacción, tres fallecidos más durante ese último año y la muerte que se producía en la jornada de ayer). Son el doble de los fallecidos registrados en este mismo periodo de tiempo en la otra vía de alta capacidad que atraviesa la Ribera, la A-1, que registró nueve muertes por accidentes de tráfico (7 fallecidos en accidentes entre 2020 y mediados de 2023 a los que se han sumado otros dos hasta el día de hoy, según las mismas fuentes.)

Paralelamente transcurren los años sin que haya apenas avances en la conversión de esta carretera nacional en autovía: hace más de 31 años, en 1993, el entonces Ministerio de Transportes aprobó la construcción de la A-11, la Autovía del Duero. En este tiempo, nueve gobiernos después, no llegan a la mitad del total los kilómetros de carretera construidos, 198 de los más de 400 que, según proclamaba el propio ministerio el pasado siglo, debería ser el eje vertebrador de gran capacidad desde el este al oeste de Castilla y León. Con excepción de la circunvalación de Aranda no hay ni un solo kilómetro construido en la provincia de Burgos y los dos tramos que hay en obras en Valladolid han retrasado su apertura a finales de 2025.

Las que siguen a buen ritmo son las promesas políticas al respecto de esta carretera: el ministro de Transportes, Óscar Puente, aseguraba a finales del pasado año que todos los tramos de autovía entre Soria y Valladolid estarían en servicio o en obras durante esta legislatura (si no acaba antes, finalizará en julio de 2027). Abundando en este compromiso a principios de este mes la portavoz del PSOE Esther Peña aseguraba que la adjudicación de uno de los tramos más esperados de esta autovía, el que transcurre entre Langa de Duero y Aranda se produciría en los días siguientes. Un tramo por cierto, cuya relicitación se produjo el pasado mes marzo duplicando el precio al que se había adjudicado catorce años antes. Aquel intento fallido no prosperó por la quiebra de las empresas cuando solo habían ejecutado el 5% del proyecto, a lo que se añadió una década de olvido por parte de la administración del estado, que cuando quiso retomar el proyecto tuvo que hacerlo asumiendo que el proyecto se había encarecido hasta rozar el triple del coste inicial

Fue el 4 de este mes cuando, según recoge el Heraldo-Diario de Soria, Esther Peña anunciaba la adjudicación de las obras de la A-11 entre Langa y Aranda "en los próximos días". Septiembre se acaba sin noticias de la misma.

Elena Lastra

Redactora jefe de la Cadena SER en Aranda y presentadora...