José Zapatero: vida e inicios de uno de los hosteleros más reconocidos de Aranda de Duero

Aranda de Duero

José Zapatero es una cara reconocida de Aranda de Duero. Precisamente porque su ocupación, la de hostelero, le ha hecho atender a miles y miles de clientes foráneos y locales. Pero siempre con una habitual sonrisa. Con un buen trato. Y no sin mucho trabajo ha desarrollado precisamente una vida de éxito que le ha permitido poner hoy día a la marca Lagar de Isilla en lo más alto. Pero antes de eso, hubo otras muchas historias que contar y hoy Zapatero las relata.

El Cine Aranda y su revolución en la ciudad

Porque José viene de una familia hostelera. Le viene de cuna la pasión por este sector en el que pronto empezó a trabajar. Muchos de los lectores lo recordarán. "El bar Cine Aranda lo llevaba mi padre. Era un bar de partidas que vivía del descanso del cine. En un cuarto de hora dabas de beber y tomar café a decenas de personas. A los 14 años a la Sociedad del Casino ya le servía cafés. Aún tengo fichas en una mesa como trofeo. A los 18 años me fui voluntario a la mili, pero cuando vuelvo mi padre está enfermo y me tuve que hacer cargo del bar, y yo me venía con lo que se hacía entonces, patatas bravas, los bocadillos de calamar, tortillas de patata... Y con la ayuda de mi familia esperábamos a la salida de la Discoteca Olimpo para dar bocadillos. Involucré entonces a mi novia también -a la que conquistó con un bocata de calamares-, que ahora es mi mujer. Luego empezamos a poner platos combinados -16 tipos diferentes- y hamburguesas, que todo eso era nuevo aquí. Recuerdo que dábamos 15 toneladas de patata picadas a mano. Una locura. Pero lo que más me importaba es que viniese gente", explica.

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A los 22 años Zapatero se casó, pero una de sus épocas más bonitas fue apenas diez años antes. Al trabajar sus padres, pasaba con una de sus tías el día a día, sobre todo por las Eras de Santa Catalina. Llegó a trabajar de albañil, porque su abuelo materno era constructor. Y su abuelo paterno molinero. No ha tenido apenas fines de semana libres en su vida, pero vaya si los ha sabido aprovechar. Y ya no los quiere librar. "Vemos hoy muchos casos en los que si la pareja no es hostelera es complicado conciliar. Resulta cómodo salir a diario, aunque también me he acostumbrado. Dejas un poco de lado amigos, situaciones sociales que te impiden ir, como un bautizo o una comunión", reconoce.

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Cambios de etapa, vino y enoturismo

El Cine Aranda por una situación ajena tuvo su fin. "Ya éramos 15 ó 16 personas trabajando. Pero no hubo acuerdo con los propietarios. De todas formas antes ya tenía un discopub, el Zapas, en la calle Hospicio. Y el restaurante Arandos, que ha sido un sitio de mucho éxito con sus tablas de marisco y carne. También reabrí el bar de las piscinas Acapulco y el de Costaján", describe.

A mayores de todo, está el vino. Una pasión que siempre tuvo José, que quiso ya en su momento abrir una bodega. Sueño cumplido más tarde. Mucho más de cuando ya hacía vino en la bodega de su abuelo. Por eso quizá siempre ha abanderado tanto la marca Ribera. "El vino lo llevas en vena, siempre me ha gustado y llamado la atención. Es cuidar un producto, desde una tierra. Una gozada", comenta. Tanta gozada como poder unir vino y gastronomía.

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Futuro y familia

Los tres hijos de Zapatero están en el negocio. Implicados y con un esfuerzo hecho por la familia al que se quiere dar continuidad. "Con mantener nos podemos conformar. Hay que dar calidad", expresa, valorando la estancia en una Aranda "donde hay mucha vida; muchas cosas, y cada vez con más gente viniendo a comer lechazo pese a los impedimentos de las obras y la falta de aparcamientos". Aquí "la huida es para adelante", y "creo que mis hijos están y estarán porque lo demuestran llevando el nombre de la comarca por toda España".

José está en edad de jubilarse pero no lo va a hacer, porque "primero lo tendría que hacer mi mujer y no quiere", pero "sí quiero bajar el nivel de trabajo para dedicarme al vino, porque eso para mí no es trabajo".

La charla al completo con José Zapatero en nuestro espacio con Valentín García y Ausencio Frutos puede reproducirse al completo en el audio superior.