Guzmán Renovable recoge los frutos de su trabajo y activa el autoconsumo compartido

Guzmán

Han sido varios años de trabajo y espera, pero el esfuerzo ha merecido la pena. La comunidad energética rural Guzmán Renovable anuncia con satisfacción que, después de casi tres años desde el inicio del proyecto y 15 meses tras la instalación de las placas fotovoltaicas, ha logrado finalmente la conexión a la red y la activación del autoconsumo compartido en la localidad.

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La iniciativa dio sus primeros pasos en plena pandemia, a mitad del año 2020, cuando un grupo de vecinos se unieron para pensar cómo mejorar la eficiencia de las instalaciones comunitarias del pueblo. Pensaron en instalaciones como la sala de juntas del ayuntamiento, el consultorio local, el alojamiento de turismo rural, el edificio las Escuelas o la bomba de agua, de un gran consumo energético en calefacción y electricidad que desde hace más de 20 años no habían sido revisadas. Pero el proyecto servía también para abastecer a instalaciones privadas, de tal manera que 13 hogares y empresas están recibiendo ya energía limpia y local, suministrada a través de una instalación fotovoltaica de 30 kWp.

Guzmán Renovable, un proyecto pionero en la zona y ganador del premio Fuentes Claras de sostenibilidad, ha sido impulsado por la colaboración y compromiso de vecinos y pequeños negocios de Guzmán. En este pueblo de 100 habitantes de la ribera del Duero han apostado por el sol como fuente de energía sostenible y asequible para reducir la dependencia de la red eléctrica convencional y minimizar la huella de carbono del pueblo. Con la puesta en marcha del autoconsumo compartido, Guzmán da un paso decisivo hacia la autosuficiencia energética.

“Después de tantos meses esperando a que la distribuidora I-DE Iberdrola cerrase nuestro expediente aún no podemos creérnoslo. Hemos hecho decenas de llamadas, escritos, nos ha faltado enviar palomas mensajeras”, destaca con humor Raúl Páramo, socio fundador de Guzmán Renovable, aunque la resistencia que han encontrado en el camino de este proceso no ha sido ninguna broma. “Hemos hecho escritos, hemos puesto quejas y ha sido un proceso largo y tedioso donde hemos llegado a llamar tres veces al día tres personas diferentes y recibir tres excusas distintas”, detalla, aunque se congratula de que “el proceso ha sido largo, pero el esfuerzo ha valido la pena. Conseguir empezar a consumir energía renovable producida en nuestro pueblo es un logro. Hemos llegado a pensar que no se podía, o que había intereses por los que no querían que empezáramos a autoconsumir. Lo peor ha sido no tener a nadie al otro lado. Que nadie en un call center sepa nada. No saber con quien hablar o acudir ni cuánto va a durar la espera, sobre todo estando meses vertiendo energía a la red sin poder aprovecharla por los socios”, añade Páramo.

La instalación fotovoltaica, ubicada en una zona estratégica para aprovechar al máximo la radiación solar, generará energía limpia que se distribuirá equitativamente entre los 13 miembros de la comunidad. Este sistema no solo permitirá reducir las facturas de electricidad de los participantes, sino que también contribuirá al desarrollo sostenible de Guzmán y al bienestar medioambiental de la región.

A pesar de las dificultades, la comunidad energética Guzmán Renovable sigue trabajando para ampliar y mejorar sus instalaciones, abriendo la posibilidad de que otros vecinos del pueblo puedan sumarse en breve a esta energía limpia. “Queremos empezar a evaluar la eficiencia energética de cada hogar participante y aparte en este tiempo hemos empezado una segunda instalación que se está terminando de hacer para dar servicio a otros 10 hogares más”, concluye.

Con la activación del autoconsumo compartido, Guzmán se coloca a la vanguardia del modelo energético descentralizado en España, reafirmando su compromiso con un futuro más limpio y sostenible.