Jesús Tudanca: el alma de una familia que ha exportado Aranda de Duero al mundo

Ribera del Duero

"Hay pueblos impregnados en olores y esencias. En un momento concreto de nuestra calle Isilla, nuestro olfato disfruta de los aromas dulces, frutales, de natas, chocolates, hojaldres o azúcares, donde se perciben las sensaciones de familia, progreso, expansión e historia reciente del comercio y del emprendimiento enoturístico. Existen apellidos, productos, y aromas que son señas de identidad de nuestros pueblos, y nos gusta encontrarnos con ellos cuando viajamos más allá de nuestras cercanías y disfrutamos y sacamos pecho de ribereños cuando vemos que nuestro pueblo está presente allá. Nos encontramos hoy en nuestro Viaje por la Memoria con quien representa a una empresa y producto de los que identificamos con todos los sentidos y los que exportan imagen viva de nuestra Aranda y la Ribera. Con... Jesús Tudanca".

Tras esta introducción de Ausen Frutos, nos adentramos de lleno en la historia de uno de las caras visibles de la ciudad y su entorno. Este martes Jesús Tudanca se abre en la SER compartiendo unos recuerdos que siempre han estado ligados a la vida familiar. "Son de una pequeña pastelería, ubicada como ahora en la calle Isilla, donde vivíamos en el piso superior, elaborábamos los pasteles, y vivíamos la vida. No teníamos dinero para ir a la costa de vacaciones, pero sí a La Horra, el pueblo de la abuela, donde pasábamos los veranos, en la huerta, el monte, trillando...", detalla, antes de hablar de todos sus hermanos y hermanas, y de su vida juvenil.

Jesús, que de joven quiso ser diplomático, siempre tuvo ese arraigo familiar del que se destila mucha admiración hacia sus progenitores. "Me han dado una muy buena educación, con profundidad y respeto. Entendiendo que no se puede triunfar pisoteando a los demás. Mi padre, Gregorio, que ya venía de pastelerías y tenía ese germen empresarial, era una excelente y buena persona. Pero fue mi madre Vicenta la que, con vitalidad extraordinaria de ideas fáciles de desarrollar, y con mucho apoyo mutuo, fue empresaria y todo para mí, la líder de toda la familia, igual que ahora lo son mis hermanas", dice emocionado. Y ahora, esta 'tribu' sigue juntándose cada domingo, como hacían antaño bajo la mirada de Vicenta.

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El inicio del Área Tudanca

Tudanca hizo que los empiñonados de Aranda se hicieran típicos en aquella ciudad -por entonces quizá más pueblo- aún dividida por N-1, y que deja recuerdos diversos. También el inicio de un nuevo negocio por todos conocido, pero que tuvo su germen: el Área Tudanca de Fuentespina. "No improvisamos, lo maduramos. Y a través de estos típicos productos, nos compramos un 4L, y yo salía con el coche lleno de yemas a vender a los establecimientos de la carretera, y veíamos que se vendían fenomenal. Fuimos creciendo, en cada nacional vendíamos. Y yo me di cuenta de que había carencia de servicios de calidad en carretera. Me llama el director del Banco Bilbao y me dice que unos señores tienen unos terrenos en Fuentespina. Lo vimos rápidamente. Eso es lo que queríamos. Mi madre me dijo de ir a Madrid, y no volver sin firmar. Fuimos a Italia a conocer estaciones de servicio, pues eran pioneras. Y cogiendo ideas para hacer un establecimiento moderno, que se ha ido actualizando, convirtiéndose en un espacio curioso y no solo centrado en la carretera", expresa, valorando los salones de bodas, banquetes, o el SPA. "Nos hemos convertido en un grupo referente, de los lugares de parada más conocidos del país, y de verdad, lo digo sin presumir, tras muchos años sembrando y dando cariño", añade.

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De los empiñonados, se pasó al hojaldre, extremadamente conocido en toda España. "Otra cosa igual. Mis tíos de Burgos eran unos artesanos maravillosos y el hojaldre era un emblema. Ya elaborábamos bastante hojaldre, pero nos dimos cuenta de que en crisis se vendía menos. Se me encendió la bombilla. Y probamos a congelarlo en láminas para venderlo en hostelería. Hemos ampliado la venta a media España. Y llegamos a restaurantes a nivel de Estrella Michelin incluso", refleja, sin tampoco olvidar su iniciativa de las tartas en época de pandemia para los menores de 10 años que cumplían años.

El vino

De su madre Vicenta también viene la idea vitivinícola. Pero con aliado. "Mi madre tenía varios majuelos en La Horra y alguno en Gumiel de Mercado. Se vendió la cooperativa pero nosotros fuimos ampliando viñedo. Ahí fue clave la figura de Julián Sardina, el fundador de Cecoga, que se alió con mi madre. Fueron comprando terreno y comprando viñas. Y estábamos cerca de 40 hectáreas. Parte de esa uva era para nosotros, y parte para otros. Y tuvimos la enorme suerte de que la parte importe de nuestros viñedos están en La Nava, una zona excepcional. Una persona relevante de la Ribera, Tomás Postigo, me dijo que por qué no elaborábamos nuestro propio vino. Y dimos el paso... nos va bien", reconoce.

Tejido asociativo

Tudanca siempre ha estado al lado de la gente. Y de las empresas. Por ello, en los años 70 y fruto de sus vínculos en Burgos capital, recibieron junto a otros compañeros la llamada para crear una asociación de empresarios, hoy FAE Asemar. "Trabajamos duro, aunque a veces estábamos incomprendidos. Fundamos la asociación de comerciantes, hosteleros, bodegueros... Todo eso, gracias a Dios, se ha ido desarrollando", comenta.

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Cultura

Y por si no fuera poco, Jesús también ha tenido su vena cultural. Presidió Clunia Teatro de Cámara y organizó muchas obras. "Encuentros, debates... Hemos hecho muchas cosas. Y la noche la dedicaba a Clunia, a la asociación. Es algo que me ha alimentado muchísimo. Cuando podía hacía algún papelito. E incluso el texto lo ponía delante del volante para memorizar mientras conducía -perdón por esto-", asevera entre risas.

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Tudanca valora mucho su familia carnal. Pero también la que conforma con todos sus trabajadores, para quienes busca beneficios sociales. Entre tanto, y con su experiencia, Jesús sigue apostando por su gente, y por su tierra, para la que promulga turismo, atracción, y una vida dulce. Tanto, como los maravillosos pasteles que llevan su apellido. Un apellido que se ha expandido por todo el territorio. Y que lleva impregnado el ADN de Aranda y la Ribera del Duero.

Este viaje por la memoria en compañía de Valentín García y Ausen Frutos puede reproducirse en el audio superior.