Las quejas contra la suciedad en las calles aumentan mientras sigue sin llegar el prometido plan de choque

El plan de choque para mejorar la limpieza sigue sin llegar. Es la denuncia que realiza la formación Valladolid Toma la Palabra que critica que el alcalde prometiese en los primeros meses de su mandato la elaboración y puesta en marcha de este plan y que a día de hoy sigue sin ver la luz.

Las quejas en los últimos meses no han hecho sino incrementarse en los primeros meses del 2025. Según ha explicado en un comunicado este partido, el servicio municipal ha recibido, entre enero y marzo de este mismo año se han registrado 1.580 incidencias, frente a las 1.191 del mismo periodo en 2024, lo que supone un incremento del 32%. “El alcalde no se cansa de repetir que Valladolid y sus calles están más limpias, pero la realidad a ojos de la ciudadanía es bien distinta. Lo que ven los vecinos y vecinas es una ciudad sucia, con graves problemas en la gestión de residuos”, ha declarado el concejal de Valladolid Toma la Palabra, Jonathan Racionero.

Desde VTLP critican la falta de efectividad del concejal responsable del área, Alberto Cuadrado, y consideran que la gestión de este servicio está muy lejos de las expectativas creadas por el equipo de gobierno.

Además, la formación exige al alcalde que rectifique "urgentemente", introduzca los cambios necesarios y "escuche el mensaje" que a su juicio está realizando la ciudadanía y que se basa en la necesidad de realizar una gestión seria y eficaz para tener una ciudad realmente limpia. “Casi dos años después de llegar al gobierno, lo único que ha demostrado el equipo de Carnero es incapacidad para gestionar un servicio básico que afecta directamente a la calidad de vida de nuestros barrios”, concluye Racionero.

Precisamente hace dos meses, la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Valladolid decidía cesar al director del Servicio de Limpieza con un informe al que tenía acceso la Cadena Ser y que aseguraba, entre otros asuntos que un año después de ocupar su puesto, "no ha demostrado capacidad suficiente ni actitud para su puesto", aseguraba que la gestión había sido "deficiente" y se dejaba en manos de los técnicos el desarrollo de todas las labores.

Una situación que, según este escrito, llevaba a que el "seguimiento e impulso haya tenido que ser asumido por un lado por el Director del Área en el día a día y en las reuniones de seguimiento de Área y por otra por el Subdirector de Servicio en las reuniones de Servicio".