El chiringuito de Villarig

León

El presidente del Colegio de Médicos de León, José Luis Díaz Villarig, mostró en su adolescencia sobradas habilidades para participar a lo largo de un año en media docena de robos en joyerías y una farmacia de su ciudad natal, Salamanca.

¿Agua pasada de los 15 años de la que no queda resto alguno ?. Si uno pregunta fuera de su entorno de intereses hay opiniones que niegan la mayor y le dibujan un perfil que en términos democráticos y de transparencia dejaría mucho que desear.

Sin oposición en este largo período de mandatos, en su entorno se intuía esta vez la posible opción de una candidatura alternativa, como así ha sido. Pero el equipo del presidente Villarig hacía más de un año que promovía una modificación estatutaria en la que se endurecían extraordinariamente los requisitos necesarios para optar a la presidencia del que debiera ser Ilustre Colegio de Médicos de León. Requisitos que no tienen parangón en ningún otro colegio médico de la comunidad, ni fuera de ella.

Al doctor Villarig le quedan arrestos, más allá del decoro ético, para blindar si es necesario sus intereses políticos, económicos y familiares con un articulado electoral que prácticamente imposibilita la llegada de extraños a la dirección del colegio.

Si en la mayoría de los colegios o no exige tiempo de colegiación o como mucho, cinco años para el Comité Permanente, en León se piden 20 años para el comité y 10 para cada una de las 17 vocalías que se han inventado, una cifra que multiplica por tres la media de los colegios y eleva hasta 24 los puestos de la candidatura leonesa

Algunas de las 17 vocalías exigidas representan a estamentos que no pasan de los dos o tres médicos.

En el resto de los colegios de la comunidad no existe el requisito que el doctor Villarig ha colocado como trinchera casi insalvable para los enemigos del régimen, la necesidad de que la candidatura se provea de 300 avalistas. Caso de pasar este puente, queda el filtro de que la secretaria del colegio reconozca la firma de cada uno de esos 300 avalistas.

Este laberintico proceso electoral se inició el pasado 12 de abril, Sábado Santo. Un día después de que el doctor Villarig invitara a una comida electoral a los médicos jubilados y en presencia del consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, su avalista particular.

 Salvo milagro, el anciano sindicalista salmantino gobernará los próximos 6 años el chiringuito que le ha dado prosperidad, poder y gloria mundana en las últimas décadas.

Hay pasados que sí dejan huella.