El problema es la falta de reemplazo laboral, no un paro más bajo que nunca
La Firma de Javier Gómez Caloca
El problema es la falta de reemplazo laboral, no un paro más bajo que nunca
Palencia
Buenos días, hace unas fechas hemos conocido tanto las cifras de la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre como las del paro registrado de abril.
Vivimos en tiempos de análisis al cortísimo plazo, de nula visión retrospectiva, y lo que es peor, de no prever el futuro del trabajo en nuestra provincia, lo que nos aleja de los verdaderos problemas.
El presente es bueno. Nunca ha habido tantos cotizantes a la Seguridad Social, 8.400 más que en lo peor de la crisis de la década anterior. Según la EPA, comparando con el mismo trimestre de 2015, hay 12.900 desempleados menos, un 66% menos (de 19.400 parados a 6.500); la tasa de paro ha bajado más de 16 puntos, desde el 25,4% al 9,08%. Por recordar, hasta 2018, estuvimos nueve años seguidos por encima de los 10.000 parados. Tenemos 8.000 ocupados más. Nunca la cobertura de las prestaciones ha sido tan alta.
En paro registrado, hoy tenemos 10.100 parados menos que el tope que se alcanzó en la crisis de la pasada década, donde se llegaron a contabilizar 16.500.
Además, detrás de la cifra global de parados que, insisto, no llega a la mitad de la existente en la década anterior, se esconden realidades sectoriales y territoriales que explican los problemas para encontrar trabajadores. Tenemos un mercado de trabajo en los huesos. En 146 municipios no hay parados de la construcción, las tasas de desempleo en industria (4,4%) y construcción y agricultura están por debajo de lo considerado como pleno empleo. Lo mismo ocurre en las ocupaciones masculinizadas. Demasiados parados tienen edades ya de salida del mercado de trabajo. Por esto no se encuentran trabajadores, no por explicaciones más propias de las guerras del penúltimo contra el último a las que nos conducen.
Es cierto, tenemos más temporalidad que la media nacional que no se debe, como se dice, al sector servicios sino al dinamismo y al excesivo índice de rotación en la industria alimentaria, concentrándose en las Oficinas de Empleo de Venta de Baños y de Aguilar.
El drama laboral de Palencia es otro: el envejecimiento de los ocupados y su falta de reemplazo. En los próximos quince años nos vamos a jubilar el 42% de los actuales cotizantes, más de 27.000; de aquí a diez, el 30%. La pirámide poblacional no da para cubrirlo. Cada año, desde ya, necesitamos que vengan a la provincia más de mil trabajadores. Mejor quitarse anteojeras, huir de discursos antiinmigración porque nos jugamos el futuro empresarial y laboral. Son matemáticas.
Dos apuntes más. Ninguna afamada empresa de análisis económico, esas que nos martillean todos los días con el fin del sistema de pensiones, con la hecatombe que iba a traer la subida del SMI y, ahora, con el desastre por reducir la jornada, publica estudios sobre la perdida de crecimiento económico que ocasiona tanto falso pronóstico apocalíptico sobre la situación económica y laboral del país que más crece y más empleo crea en la Unión Europea.
Noticia de esta semana. Entre la Alcaldesa de Aguilar, con una política de vivienda a rastras de la realidad y la incapacidad de la Junta en implementar la formación que necesita la industria galletera, están consiguiendo que la mayor industria de Cantabria esté en nuestra provincia. Si la formación se imparte en Cantabria ¿de dónde van a ser los trabajadores cualificados que necesita la industria actual? Después de construir 37 vivienda públicas en 25 años, ahora, prometen 800, que igual llegan tarde… hace quince años prometieron medio millar.