La importancia del entorno y su respuesta ante la violencia machista: "Si esa persona no llega a llamar a la Policía, yo creo que él la habría matado"

Aranda de Duero

La violencia machista es una terrible lacra que sacude nuestra sociedad, y que está desgraciadamente mucho más cerca de nuestro entorno de lo que puede parecer. Precisamente, en Enterradas en Vida, un espacio de la SER de Aranda que trata de visibilizar esa lucha y esa actuación preventiva tan necesaria, en esta ocasión hemos dado voz al entorno de la víctima y a la importancia que tiene tanto el apoyo hacia ella como el convencimiento de denunciar a su agresor antes de que sea tarde.

Nuestra protagonista, también con voz distorsionada, cuenta que una de sus amistades sufrió esta situación durante bastante tiempo. "Cuando te lo cuenta te quedas en shock y te dan ganas de llorar de la impotencia, o de pensar que no le has podido ayudar por no haberte dado cuenta. A nosotras todo nos parecía 'normal'. Le llamaba en sus descansos para ver con quién estaba, pero luego analizas que no era preocupación sino acoso. No veíamos nada verbal ni físico", define, explicando que hasta que ella lo cuenta, no se enteran de la situación. "Ella a veces se derrumbaba pero no decía al 100% lo que pasaba", añade.

"Su madre se enteró por los moratones"

Con un moratón en el ojo del que se justificaba, la víctima les acaba relatando lo que está viviendo. "Fue su madre la que se enteró. Le vio la ropa larga en verano, le vio los moratones, y le preguntó por qué no había dicho nada. Ella trató de defenderle diciendo que era la primera vez, aunque realmente ya había pasado antes en menor gravedad", comenta esta mujer, que reconoce "me derrumbé cuando lo contó porque no sabía cómo actuar, le dije que llamara al 016 pero tardó en hacerlo casi mes y medio; se creía todo lo que le decía el marido, tenía sobre todo miedo a que se la señalara como una mujer maltratada, y pensaba también en qué le ocurriría a él".

Desde el momento en el que la mujer maltratada confiesa a su amiga que todo lo ocurrido es cierto, la gestión pasa a ser convencer a la víctima de que denuncie, porque "puedes llamar al 016 para explicar lo que ocurre, pero solo puede denunciar la persona maltratada". Así, la salvación llegó con la denuncia. Pero fue por la llamada a la Policía de alguien que justo estaba con ella en el día que todo pudo irse a negro. Al punto de no retorno que padecen tristemente decenas de mujeres en nuestro país cada año. "Llegó a denunciar por otra persona que llamó a la policía. Si no es por esa persona, yo creo que le habría matado. La policía se presentó, al abrir la puerta el susodicho dijo que estaban discutiendo como una pareja normal, y ella dijo que ya no estaban juntos. Le costó y solo pensaba en qué le podía pasar a él, pero se dio cuenta de que tenía que denunciar ", confiesa.

El miedo

Esta persona también reconoce que sintió miedo de él y su reacción. "Mi pareja y yo pusimos una cerradura nueva. Y recuerdo que íbamos en el coche hacia su casa, y yo le vi. Él me vio porque yo me asomé para que me viera. Pero reconozco que tenía miedo de encontrárnosle. Y de hecho mi amiga nos dijo que debíamos llamar a la policía si se nos acercaba o decía algo", sentencia esta mujer, reconociendo que su amiga ha recuperado su vida. "Poco a poco las cosas fueron fluyendo, ella se atrevió a soltarlo a la gente, y ha cambiado porque está feliz".

El espacio al completo, en Hoy por Hoy Aranda con Valentín García, puede reproducirse en el audio superior.