Los vecinos de la zona centro de Valladolid piden la reactivación de la Mesa del Ocio Nocturno

Valladolid

Los vecinos de la zona centro no están para nada satisfechos con el funcionamiento de la Mesa del Ocio Nocturno. Creada para evitar conflictos entre hostelería y vecinos y buscar soluciones que compatibilicen el descanso de los ciudadanos y esta activad económica, desde la asociación creen que desde el ayuntamiento no se lo están tomando en serio.

Este espacio de diálogo debería reunirse una vez cada seis meses pero en dos años se ha convocado solo dos veces, y siempre porque ellos lo han pedido.

Si hubiera posibilidad de convocarse, plantearían que las zonas acústicamente saturadas no están funcionando: en San Miguel hubo una reducción del ruido inicial, pero porque dos establecimientos cerraron. Cuando reabrieron, volvieron los problemas, tal y como explica a la Cadena SER Jesús Guinea: "Preferimos priorizar que se declarase la zona en vez de adoptar medidas demasiado gravosas para la hostelería, para ver si esas medidas, muy laxas, tenían algún efecto, pero el efecto es poco".

Pone el ejemplo de Coca, con una problemática específica de terrazas, pero aseguran que no ha tenido apenas incidencia.

Más ambiciosos

Por eso creen que hay que ser más ambiciosos y adoptar nuevas medidas, más ambiciosas, para marcar realmente la diferencia: "O reducimos actividad o volumen de ruido, y si lo está provocando las terrazas, habrá que reducirlas; el parque de terrazas en Valladolid está sobredimensionado, solo hay que ver la situación de la Plaza Mayor o del entorno de la Catedral, de hecho una ambulancia no puede pasar. No se respeta el metro 80 entre la fachada y la terraza".

Además, respecto al proceso de análisis en Cantarranas, la siguiente zona zas a declarar, aseguran que nadie les está informando, aunque creen que los niveles de ruido serán suficientemente altos como para declararla.

Zona Coca

La zona en torno a la plaza Martí y Monsó, conocida como plaza de Coca, fue la primera en ser declarada a finales de 2022. Se abría entonces una nueva experiencia den la ciudad con la adopción de medidas que tenían como objetivo reducir el nivel de ruido para, entre otras cosas, conciliar la actividad hostelera con el descanso vecinal.

Una de las medidas adoptadas entonces fue establecer un mínimo de cuatro horas entre el cierre de un establecimiento y su apertura al día siguiente, motivada por la existencia de locales con dobles licencias fruto, a su vez, de la pandemia.

Ahora esa medida ha quedado superada por la nueva normativa de la Junta de Castilla y León, que entrará en vigor el 4 de agosto, y que amplía de cuatro a seis horas ese margen.

San Miguel

La siguiente zona a delimitar fue la de San Miguel, donde la anterior concejala de Medio Ambiente, María Sánchez, explicaba la problemática con los after de la zona: "Lo que se detecta en San Miguel es un problema con los afters ya que hay muy poco tiempo entre el cierre y la apertura de los bares, por lo que la gente se queda en la calle. Por eso hemos establecido que haya desde el cierre legal de los establecimientos de cuatro horas hasta volver a abrir. De hecho, la música entre 6 de la mañana a 12, la música debe estar a 70 decibelios para evitar el efecto llamada".