"Nos cansamos de escuchar la palabra 'no'": la historia de una iniciativa que quiere cambiar un barrio (por lo menos)
Pajarillos Educa vuela hacia su décimo aniversario con muchos desafíos por delante

Repasamos la historia de Pajarillos Educa
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Valladolid
Algunos de los miles de espectadores que acudieron a ver el fenómeno cinematográfico de 1993 se quedaron boquiabiertos no sólo por los rompedores efectos especiales si no por una de las teorías que salían de la boca del doctor Grant, el paleontólogo al que ha dado vida en varias películas de la saga el actor Sam Neill: los dinosaurios son los tataratataratataraabuelos de los pájaros.
Esa referencia nos viene al pelo -a la pluma- para evitar la recurrente sucesión de metáforas y figuras retóricas que conectan a las aves con la iniciativa Pajarillos Educa. Y eso que ya hemos colado una. Porque los primeros pasos, en el curso 2017-2018, fueron lentos, como los de un diplodocus. Dos de sus impulsores -dos profesores, por formación y vocación- se han movido por los despachos y las sedes institucionales con la eficacia de un velocirraptor. Y han conseguido que en un barrio de Valladolid multiétnico y multicultural, las referencias de los niños y jóvenes, los T-Rex, no sean quienes hacen de la vida al borde -o más allá- de la ley, si no quienes a base de tesón y lucha han conseguido culminar sus estudios obligatorios para, después, formarse en un oficio.
La historia de Antionio
Es el caso de Antonio. Tiene 19 años. Cursó la Primaria pero no dio el 'salto' a la Secundaria. Fue uno de tantos que se "cayó por el barranco" que supone pasar de nivel. La frase es de Alberto Rodríguez 'Bertoni', director del CEIP Cristóbal Colón y un icono en Pajarillos. Ha hecho de todo para conseguir que sus alumnos, en primer lugar, vayan a clase. Hasta disfrazarse de payaso y recorrer las calles acompañado de un altavoz con la música a todo volumen para, en una transformación del flautista de Hamelin, sacar a los chicos de sus casas para hacer el camino hasta la escuela
Antonio es uno de los 'niños' de Bertoni. Pasó por el colegio, después pasó a formar parte del programa de actividades deportivas puesto en marcha para dar contenido a las horas no lectivas. Para evitar que de las aulas ellos pasaran el día en la calle y ellas volvieran a casa para asumir un rol que, por edad, no les toca vivir.
Ahora está a punto de culminar un curso de formación en jardinería. Y completar la adquisición de las competencias educativas que le faltan y que le facilitarán el acceso a un puesto de trabajo. Preguntado por el futuro de su barrio, Antonio es rotundo al asegurar que quiere "las oportunidades que otros no han tenido".
Para ello es esencial el apoyo de las familias. Eso lo destaca también Javier Alonso que empezará el próximo curso lectivo como director del IES Galileo donde conviven los preadolescentes recién salidos del 'cole' con estudiantes más talluditos que cursan FP. Sobre aquellos primeros lentos pasos, ha rememorado la cantidad de veces que escucharon la palabra 'no' cuando trasladaron a las instituciones la idea que a él, a Bertoni y a otros compañeros les rondaba la cabeza. En algún despacho les llegaron a decir que ellos lo que tenían que hacer era ocuparse de los chavales "de 9 a 2". Y que el resto no era problema suyo.
Por suerte, la ayuda de "algunos actores políticos" con una mirada más amplia, les permitió avanzar. Tan importante era lo que pasaba de puertas para adentro del centro educativo como lo que sucedía fuera. De ahí que gran parte de sus esfuerzos haya estado volcado en estos años en dotar de contenido a ese tiempo que transcurre entre la salida del alumnado camino de sus domicilios y el regreso al día siguiente.
De pintar el 'cole' a rodar un cortometraje
En el Cristóbal Colón padres, madres "hasta los abuelos" han colaborado en dar una mano de pintura al edificio. Una manera más de hacerles comprender a los mayores la importancia que tiene para los más pequeños su educación. Es un ejemplo de todo lo que se han inventado en estos casi 10 años. Formación en deportes, semanas culturales y medioambientales, la grabación de un documental...El pozo de ideas parece no tener fin.
Y es que el objetivo final es ambicioso: transformar una zona de la ciudad vallisoletana marcada por los estigmas de la marginación, recordar a sus habitantes el orgullo de ser parte de un proyecto común y usar la educación como cimiento de todo ello.
Admiten que, en ocasiones, el desánimo les ha llevado a claudicar. Pero han conseguido sobreponerse a la dura realidad con la que tienen que lidiar a diario, con la rigidez de la burocracia, la intransigencia y la cortedad de miras de algunos gestores públicos.
A los dinosaurios se los llevó por delante un cataclismo global, ese meteorito que ahora, a la vista de cómo se transforma la sociedad de este primer cuarto del siglo XXI, algunos vuelven a reclamar. No parece que ese vaya a ser el caso de quienes empezaron como esos animales totémicos y, ahora, agitan unas alas en las que cobijan a todo un barrio.

Mario Alejandre
Valladolid, 1977. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Pontificia de Salamanca....




