Tribunales | Actualidad

Un hombre acepta 9 años de cárcel por atacar con una katana a los Mossos

El acusado, un paciente psiquiátrico, amputó los dedos de la mano de uno de los policías cuando fueron a acompañarle al hospital. En el juicio, ha admitido los hechos y ha pedido perdón a los policías

Vídeo d'un home que ataca quatre mossos amb una katana

Barcelona

En la Audiencia de Barcelona ha quedado visto para sentencia el juicio contra un paciente psiquiátrico que atacó con una katana a cuatro Mossos d'Esquadra en Moià, amputando cuatro dedos de la mano de uno de los policías e hiriendo al resto. Los agentes fueron a casa del acusado para trasladarlo en un centro psiquiátrico y el hombre salió de la habitación armado con una katana que compró por internet. La actuación quedó grabada en unas imágenes, a las que ha tenido acceso SER Catalunya, gracias a la cámara unipersonal que llevaba uno de los policías que resultó herido de gravedad en el brazo.

La fiscalía pedía al acusado 60 años de prisión por cuatro intentos de homicidio, una pena que una de las acusaciones particulares, la ejercida por el sindicato USPAC, elevaba a casi 70 años, añadiendo también lesiones y atentado a la autoridad. Sin embargo, las partes han llegado a un acuerdo este lunes para que el acusado sea condenado 9 años de prisión y se indemnice los policías con más de medio millón de euros en total. El acusado ha admitido los hechos y ha pedido perdón: "Siento mucho haberles causado heridas y sobre todo que tengan secuelas", ha dicho en el turno de última palabra.

Los hechos se remontan al 18 de julio del 2020, pasadas las 19.30 h de la tarde, cuando cuatro agentes de los Mossos fueron a una casa de campo de Moià, en a la carretera de Vic, en la provincia de Barcelona. Debían acompañar una ambulancia del Sistema de Emergencias Médicas (SEM), que por orden del psiquiatra, tenía que trasladar un paciente a la unidad psiquiátrica del Hospital Sant Joan de Déu, de Manresa. El hombre sufría esquizofrenia paranoide y había abandonado el tratamiento, y padecía ideas delirantes y agresividad, así que el psiquiatra había ordenado su internamiento en contra de su voluntad.

Al llegar a su casa, el padre del acusado abrió la puerta y dejó pasar a los agentes y los sanitarios. También el acusado estaba tranquilo. Accedió a ser trasladado al hospital y pidió vestirse antes, porque iba en pijama. Una vez dentro de la habitación, el hombre se agachó para coger ropa que tenía amontonada junto a la cama, pero de debajo, sacó una katana afilada de más de 70 cm con la que atacó los policías. Empuñándola con ambas manos, se tiró contra uno de los agentes, a quienes cortó los dedos de una mano e hizo caer al suelo.

En un segundo ataque, otro de los policías puso el brazo para protegerse e intentar parar al acusado, que clavó la katana en el brazo del mosso, haciéndole un corte profundo que llegó a fracturar el hueso. Mientras el primer agente, intentaba coger y disparar desde tierra su Táser, dos otros policías intentaron contener el ataque con las defensas, acabando también con cortes en los brazos. Finalmente, desde tierra, uno de los agentes disparó tres disparos con la pistola. El tercero impactó en la muñeca del acusado haciéndole caer la katana de las manos.

Durante el juicio, el acusado ha explicado que escuchaba voces y creía que los policías querían matarlo. El hombre ha relatado que hacía semanas que no salía de casa y que cogió la katana para defenderse, siguiendo las indicaciones que le dictaba uno "alien" que creía tener dentro. Los forenses han confirmado la psicosis persecutoria que sufre el acusado. En el registro en su casa, la policía lo encontró tres cuchillos, dos catanas, un arco de caza con 24 flechas y una ballesta; un arsenal, que el hombre compró sin problemas por internet.