Prisión para el hombre acusado de matar y descuartizar a su compañero de piso en Barcelona
La víctima, un alemán de nombre Álex, alquilaba habitaciones y convivía desde hacía dos semanas con su presunto asesino, un hombre irlandés
Barcelona
Cuando el pasado martes un chatarrero halló el torso descuartizado de un hombre dentro de una maleta, en el interior de un contenedor en Barcelona, ningún vecino imaginó que tanto la víctima como el presunto asesino vivían en el edificio que había enfrente de las basuras. A falta de que el ADN aporte la confirmación definitiva, la víctima se llamaba Álex y era un hombre alemán de unos 50 años que alquilaba dos habitaciones que tenía libres.
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Los Mossos d’Esquadra detuvieron a sus dos compañeros de piso como presuntos homicidas, un joven ucraniano, de 31 años, y otro irlandés, de 51. Tras pasar a disposición judicial, la magistrada ha enviado a prisión a uno de ellos, el irlandés, como presunto homicida. El juzgado ha dejado en libertad provisional al compañero ucraniano, aunque ha acordado la retirada de su pasaporte, la prohibición de salir de España y comparecencias puntuales ante el juzgado para evitar su fuga.
Según la portera del bloque, los sospechosos, "no hacía más de dos semanas que vivían en el edificio". Ni ella ni el resto de vecinos, entre los que sigue instalado el miedo, sospecharon de ellos. "Después de que los Mossos descubrieran el cadáver en el contenedor, siguieron viviendo aquí con normalidad; entraban y salían de casa como si nada hubiera pasado", relataba la portera a la SER. En el domicilio de la víctima y los detenidos, hay ahora un precinto policial.
La detención
Tras comprobar todas las cámaras de seguridad, los investigadores descubrieron que la maleta con el cadáver había salido del portal que había enfrente. Los agentes de la División de Investigación Criminal de Barcelona interrogaron a todos los inquilinos del bloque en busca de respuestas. Nadie escuchó gritos, ruidos o peleas. Tampoco nadie había vuelto a ver al hombre alemán que vivía en el séptimo e incluso algunos amigos se acercaron al edificio extrañados por su ausencia.
El viernes, tres días después del hallazgo del cadáver, los Mossos detuvieron a uno de los compañeros de piso, al joven ucraniano que no quería abrirles la puerta. Durante horas registraron el domicilio de la víctima, donde, según la vecina del piso contiguo, los investigadores incluso perforaron un tabique en busca de pruebas. A última hora de la tarde, trasladaron al detenido al piso, para realizar una inspección ocular en su presencia. Ese mismo viernes por la noche, los agentes detuvieron al presunto homicida, el compañero irlandés, que regresaba al domicilio.
"Entrenador del Pablo Escobar europeo"
Hacía casi 24 horas que el compañero irlandés no pisaba el domicilio. La tarde anterior la había pasado en el bar que hay en los bajos del edificio. "Bebió hasta emborracharse y se fue sin pagar", explica un testigo. Al irse olvidó incluso su mochila, una bolsa North Face donde llevaba el ordenador y varios papeles. Unos vecinos la cogieron para entregársela, pero ya no coincidieron con él. Se la entregaron directamente a la policía. Ahora, analizan las conversaciones que tuvieron los días previos en busca de pistas del crimen atroz. "Dijo que era el entrenador del Pablo Escobar europeo", recuerda una vecina. "Le tomamos a broma".
El fin de semana, la policía científica registró el domicilio de la víctima, en búsqueda no solo de pruebas, sino también del resto de miembros del cadáver: las extremidades y la cabeza. No encontraron más restos, pero sí sangre, según fuentes policiales, que confirmaba sus sospechas: que estaban en el escenario del crimen y del desmembramiento de la víctima. La instrucción judicial se encargará de aclarar el resto de detalles. El juzgado de instrucción 23 de Barcelona mantiene la causa abierta por homicidio.