Floreciendo en pleno otoño: el calor altera los ciclos naturales de los árboles frutales y las plantas silvestres
El tomillo, la retama y también los almendros y cerezos han florecido por segunda vez en un año por las altas temperaturas de octubre

Los ciclos de las plantas y los árboles dependen, sobre todo, de tres factores: las horas de sol, la temperatura y la lluvia / CREAF

Este octubre ha sido el más cálido de los últimos 70 años, y esto tiene un impacto directo sobre nuestra naturaleza: árboles frutales como el ciruelo, el almendro o el cerezo están floreciendo en pleno otoño, una anomalía que ha cambiado los paisajes del territorio, que recuerdan más a la primavera que a la actual época del año. Esta doble floración está siendo registrada por el Meteocat (Servicio Meteorológico de Cataluña) y el CREAF gracias al proyecto Ritmo Natura, donde los ciudadanos pueden ir informando y colgante fotos sobre este cambio de paisaje.
Los ciclos de las plantas y los árboles dependen, sobre todo, de tres factores: las horas de sol, la temperatura y la lluvia. Cada especie tiene unas necesidades específicas de estos tres elementos para cambiar de ciclo: el calor y el sol son necesarios por la floración, y el frío es el ingrediente clave para que se cree el fruto. Las altas temperaturas de octubre son la explicación de estos paisajes florecidos a destiempo, pero todavía es una incógnita si las flores sobrevivirán al frío que ya ha empezado a hacer o si habrá producción de fruta extra, una posibilidad que según los expertos es bastante remota.
El estallido de color de esta segunda floración es mucho más discreto del que hay en la primavera, puesto que no es tan potente, pero las plantas pueden estar gastando unos recursos que necesitarán más adelante, de aquí a unos tres meses, cuando tendría que empezar su ciclo natural.
"Es una tendencia que no podemos descartar"
"Cada año no será igual, podemos tener un otoño frío, el clima hace zigzags y no cambia de golpe, pero la tendencia es un escenario de períodos más cálidos, y nos deberíamos acostumbrar a ver segundas floraciones de manera más habitual". Quién habla es Montserrat Busto, del área de Cambio Climático del Meteocat. Explica también que las segundas floraciones son menos potentes que las primeras, y por tanto muchas veces la flor no llega a hacer fruto, hecho que descarta la idea que, por ejemplo, tengamos temporada de cerezas en pleno invierno. "Es una gran anomalía, y la carencia de lluvia y el aumento de las temperaturas también hace que algunos árboles no maduren, como los bellotas de la encina que seguimos en Santa Margarida de Montbuí o en Sant Feliu de Llobregat. Esto es grave y hay que ir mesurándolo año a año", asegura.
La segunda floración no es la única señal que indica hasta qué punto el calor altera nuestro entorno natural: el CREAF también ha registrado que las hojas caen más tarde del que es habitual.

El CREAF ha registrado que las hojas caen más tarde del que es habitual / CREAF

El CREAF ha registrado que las hojas caen más tarde del que es habitual / CREAF
Donde ha habido segundas floraciones?
- Cerezos en Breda, la Selva del Camp, Vacarisses, Santa Maria de Palautordera.
- Ciruelo en El Catllar, Castellar del Vallès y el Observatorio Fabra de Barcelona.
- Almendros en Barcelona.
- Limonero en Vilanova i la Geltrú
- Perera en Sant Joan les Fonts, Matadepera, Sant Pere de Ribes, Altarriba.
Son datos obtenidos gracias a usuarios que avisan con el hashtag #fenocat en las redes sociales, y de este modo lo Meteocat y lo CREAF tienen acceso a estos datos.

Oriol Soler Pablo
Redactor de informativos en Ràdio Barcelona, especializado exclusión social, vivienda y medio ambiente....




