No, tu totebag no ayuda al medio ambiente
Un estudio advierte que habría que utilizar estas bolsas cada día durante 54 años para compensar la huella ecològica de su fabricación
Barcelona
Las bolsas de plástico son malas para el medio ambiente, es un hecho indiscutible y la mayoría de la población es consciente de ello. Sólo un 15% de los consumidores españoles va a hacer la compra con este tipo de bolsas al supermercado. La alternativa más consolidada son las bolsas de ropa, conocidas popularmente como totebags. Hay un mercado alrededor de estas bolsas, que ya son un complemento para vestir: empresas y artistas las fabrican como merchandising para publicitarse, hay algunas con frases ingeniosas, otras con imágenes de grupos de música, con la cara de escritoras famosas... Hace años que están de moda y para mucha gente son parte de su identidad.
Ahora un estudio de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) demuestra que a pesar del relato creado alrededor de las totebags como alternativa al plástico, su uso también es perjudicial para el medio ambiente. Cada bolsa de ropa debería usarse 20.000 veces para compensar el impacto ambiental de su fabricación: tendríamos que usarlas cada día durante 54 años para equilibrar la balanza, y cada español tiene entre 5 y 10 totebags en su casa. El algodón y los tejidos mezclados dificultan mucho su reciclaje, y los expertos de la UOC advierten que las empresas las usan para hacer greenwashing, es decir, para dar una imagen de responsabilidad con el medio ambiente que no se corresponde con la realidad.
Juan Carlos Gázquez-Abad es profesor colaborador de Estudios de Ecomomía y Empresa de la UOC, y advierte en declaraciones en la Cadena SER que el greenwashing está consolidado como práctica empresarial: "es aparentar una preocupación por el medio ambiente cuando realmente tus acciones no son coherentes con esta idea", asegura. Y añade: "el plástico tenemos claro que es malo, pero lo que se está utilizando como sustitutivo no tiene un beneficio ecológico claro, el algodón no es la alternativa", remata.
Greenwashing: parecer ecologista sin serlo
El algodón es, según Environmental Justice Foundation, "el cultivo más sucio" debido al gran gasto de energía, agua y pesticidas que requiere. Cristian Castillo, también profesor de la UOC, recuerda que "el algodón requiere mucha agua y la gente no es consciente de lo que implica la gestión de este material cuando se convierte en residuo. Estas bolsas, habitualmente, no van a depósitos textiles para hacer un tratamiento, se tiran al contenedor de restos no reciclables", apunta. Encima, hay que tener en cuenta que las partes impresas - con fotografías, logos o frases - no pueden reciclarse de ningún modo, porque son impresiones de PVC que no se descomponen. Así pues, para reciclar una totebag hay que recortar la parte impresa para luego hacer un tratamiento de segundo uso al algodón, un proceso lento y costoso que no se hace.
Según castillo, la opción más sostenible para hacer nuestra compra, serían las bolsas de plástico 100% reciclables.
En el plano empresarial, un estudio de la Universidad de Harvard encargado por Greenpeace el 2020 analizó las publicaciones en redes sociales de empresas de coches, aviones y grandes embarcaciones para ver cómo se usaba la sostenibilidad y la emergencia climática como posicionamiento estratégico de marca, a pesar de ser industrias altamente contaminantes responsables de gran parte de las emisiones de combustibles fósiles en todo el mundo. Las conclusiones recogen que las empresas se blindan con acciones márketing para prevenir posibles críticas.
Oriol Soler Pablo
Redactor de informativos en Ràdio Barcelona,...