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Condenan a un colegio a indemnizar con 6.500 euros a un alumno y 650 a su madre por el acoso escolar sufrido

Una sentencia novedosa porque pone el foco también en la progenitora

Acoso escolar / Niedring/Drentwett/MITO images

Barcelona

Una sentencia ha condenado a la escuela Ateneu Instructiu de Sant Joan Despí (Barcelona) a pagar 6.500 euros a un alumno por los daños y perjuicios derivados del acoso escolar que sufrió y a resarcir a su madre con otros 650 euros por la situación de “zozobra, angustia y ansiedad” que le provocó la situación.

El fallo, al que ha tenido acceso EFE, es “novedoso porque pone el foco también en la progenitora” y “evidencia mayor sensibilización” ante el acoso escolar, ha afirmado en una entrevista con EFE la letrada encargada del caso, Noelia Lidunia.

Según la sentencia, que ha emitido el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona), los padres notaron desde finales de junio de 2015, al acabar el último curso de educación infantil, un cambio repentino en la conducta de su hijo.

Seguimiento psicológico

El niño afirmaba no querer leer porque otros compañeros le molestaban y se burlaban de él, algo a lo que en su momento no se habría dado mayor importancia, pero que, como la situación persistía, decidieron iniciar un seguimiento psicológico.

La familia comentó la situación a la dirección del centro y a la tutora, que -reconocen- se comprometió a aplicar las medidas correctoras pertinentes.

Sin embargo, los padres alegan, según recoge la sentencia, “no haber recibido información de las medidas concretas que se estaban tomando” y que la situación de acoso se mantuvo hasta la finalización del curso 2016-17, cuando el niño estaba cursando segundo de primaria.

Al respecto, la letrada ha indicado que la escuela, “al no actuar de manera inmediata, normalizó la violencia hasta 2017” y que la sentencia “lanza el mensaje de que si no se aplican los protocolos de manera inmediata y correcta, no sirven para nada”.

Según recoge el fallo, la familia también alega que “los compañeros se metían con el niño, le decían chupacabras y que en el patio lo golpeaban” e “incluso, en una ocasión, le habrían partido el labio”, lo que se puso en conocimiento del centro.