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Un algoritmo desarrollado por el Clínic de Barcelona logra adivinar los motivos por los que podría estar llorando un bebé

Tiene en cuenta el tono del lloro, la cara del niño y su actividad cerebral

Imagen de un bebé llorando de pie dentro de una cuna de madera. / iStock Photo

Barcelona

Los bebés lloran una media de entre una hora y media y tres horas en el día. El impacto del llanto en los padres o cuidadores puede llegar a desencadenar sensaciones negativas (ansiedad, depresión, impotencia, ira o frustración) que afecta el vínculo afectivo con el bebé. Este estudio pretende ayudar a mejorar la relación entre padres y criatura.

A partir del análisis de la acústica del llanto, de la actividad cerebral, de las expresiones faciales y de los movimientos corporales del bebé, los investigadores han creado un algoritmo que interpreta automáticamente por qué llora. El estudio relaciona cinco causas (hambre, sueño, inquietud, gases y estrés o demanda de atención) con el tipo de llanto.

Diferentes tipos de llanto

¿Cómo son los diferentes llantos que identifica esta investigación? "El llanto por hambre es constante, de corta duración y ruidoso, y el niño se menea mucho para llamar la atención. En cambio, el llanto por angustia o inquietud, es errático y agudo. El de sueño es de larga duración, con gritos prolongados y monótonos, y el bebé presenta una expresión más tranquila que durante los anteriores", explica Ana Laguna, cofundadora y científica de datos principales de Zoundream, la start-up que ha desarrollado el software.

"El llanto por gases es parecido a este último, pero más ronco, a causa de la tensión que se ejerce sobre las cuerdas vocales. Cuando el niño llora para demandar atención, emite un sonido más similar a un lamento que un llanto real y su interpretación depende mucho del contexto".

Un objetivo más ambicioso

Más allá de poder establecer la relación entre un tipo de llanto y su causa, la investigación servirá -en el futuro- para ayudar a identificar trastornos neurológicos o mentales en niños de pocas semanas. "El objetivo final del estudio es ver si podemos utilizar el llanto como un biomarcador vocal que nos pueda ayudar a prever desde las primeras semanas de vida si el niño tiene un riesgo neurológico más", dice la doctora Anna Paltrinieri, pediatra del Servicio de Neonatología del Hospital Clínico.

La investigación se ha hecho con 38 neonatos sanos, sin anomalías congénitas ni enfermedades destacables, de la Maternidad del Clínico de Barcelona. Los registros de sus llantos servirán como grupo de control en esta segunda fase de la investigación.

Susanna Ruiz

Periodista. Animals i llibres.