La abogada de Fátima Ofkir, encarcelada en Omán siete años: "Llegó a plantearse pedir su ejecución"
Mònica Santiago agradece el trabajo del ministerio de Exteriores y tilda de "despropósito" la condena a cadena perpetua que le impusieron por tráfico de drogas

Entrevista a Mònica Santiago, advocada de Fàtima Ofkir
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Barcelona
Fátima Ofkir, vecina de L'Hospitalet de Llobregat, se ha pasado siete años encerrada en una cárcel en Omán. Fue condenada cuando tenía 18 años a cadena perpetua, pena que cumplía en una cárcel para mujeres. Ahora, ha sido liberada por las autoridades, tras incluirla en la amnistía que el sultán concede cada año después del Ramadán. "Fátima está bien, contenta y con ganas de hacer muchas cosas", asegura su abogada Mònica Santiago en el programa Aquí Catalunya: "Teníamos claro que no pararíamos hasta que saliera de la cárcel".
Entre los momentos más duros de estos siete años, Santiago recuerda dos: uno de ellos, cuando la propia Fátima se planteó pedir que la ejecutaran. Otro, el día en que vinieron a buscar a una compañera suya de la cárcel, que había sido condenada a muerte. "Fátima escuchó cómo lo ejecutaban". La abogada pudo hablar con ella al día siguiente, "seguramente es una de las experiencias más duras que ha vivido ahí dentro".
La labor del bufete de abogados ha sido "un juego de malabares": han tenido que estar constantemente buscando la tecla correcta que llevaría Fátima a casa, una tarea que agradece sobre todo al ministro Albares, "nosotros hemos colocado como prioridad este tema y desde el ministerio de Exteriores lo han rematado". Un trabajo de equipo, defiende.
Mònica Santiago no estaba reconocida como su abogada en Omán, por lo que no podía hablar con Fátima a menudo. Tenía que ser ella quien le llamara, por eso siempre llevaba el móvil encima. "Hablábamos un minuto cada 10 o 15 días", explica.
"Ella no transportó ninguna droga", defiende la letrada. Cuenta que Fátima se encontró en una habitación de hotel con una mochila cargada de droga, que ella creía que eran explosivos. Decidió enviar mensajes a su contacto a Omán -quien la puso en esta situación- diciendo que "no lo pensaba hacer", por tanto, "había arrepentimiento", y además "colaboró con las autoridades para detener su contacto, que pertenecía a una banda internacional de tráfico de drogas". Nada de eso tuvo importancia en Omán, "no tuvo un juicio justo, la condena a cadena perpetua fue un despropósito". El fiscal pedía pena de muerte y finalmente el juez conmutó la pena por la perpetua.
Santiago critica el trabajo de los abogados que en un inicio llevaron el caso: "dejaron el tema en manos de un abogado local que no hizo su trabajo. De las 15 vistas asignadas, casi no se presentó a ninguna de ellas. Fátima no conocía el idioma, y la familia no sabía cuál era la situación, fui yo quien tuve que comunicarles que la sentencia era firme y que era cadena perpetua", recuerda. Fátima ahora quiere estudiar Derecho para ayudar a otros jóvenes que puedan encontrarse en situaciones similares a la suya.

Laura Estrada
Redactora, locutora.




