"Cita previa con el doctor Padrós": ¿Qué debemos hacer para afrontar la vuelta postvacacional?
En Aquí Catalunya estrenamos sección, de la mano de Jaume Padrós, expresidente del Colegio de Médicos de Cataluña, quien nos trae varios consejos para no quemar la rutina antes de tiempo.
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Cita prèvia amb el Dr. Padrós: La tornada a la rutina
Barcelona
Volver a la oficina, encontrarte con una montaña de trabajo sobre el escritorio, volver a convivir con tus compañeros de trabajo… para algunos, esto es el relato de una pesadilla. Pero otros, en cambio, agradecen el regreso a la rutina, supone el restablecimiento del orden en su día a día. En todos los casos, sin embargo, volver de las vacaciones puede generar tristeza. Ahora bien, es importante diferenciar la estricta depresión postvacacional de la pena que nos puede generar despedirnos de los días de descanso laboral.
Con Jaume Padrós, acompañado de Dolors Liria, vicedecana del Colegio de Psicólogos, hemos diseccionado las causas del hundimiento que provoca el hecho de tener que reconectar con el día a día, y a la vez, hemos hablado de algunos consejos que pueden funcionar para hacer que la pendiente sea menos inclinada.
Lo primero de todo es entender que cada caso es un mundo. Depende de la persona, su contexto, su trabajo… unos consejos funcionarán más que otros. El primero es detectar si hay gratificación en el trabajo. ¿Nos gusta lo que hacemos? ¿Hay un buen ambiente de trabajo? ¿El entorno es estructurado y organizado? Si la respuesta a estas preguntas es afirmativa, la persona encara el regreso con otra cara, seguramente predispuesta, con ganas de recuperar el orden que nos brinda el día a día durante el año.
En cambio, si la respuesta es negativa, hay más posibilidades de sufrir la autodenominada depresión postvacacional. En estos casos, tanto Padrós como Liria coinciden en que lo mejor es llevar a cabo un regreso escalonado. Por ejemplo, si volvemos de un destino lejano, vale más la pena llegar a casa un par de días antes de empezar en el trabajo y no reengancharnos tan pronto como acabemos de aterrizar.
Más allá, hay que hacer un análisis de cómo hemos pasado estas vacaciones. Como el mismo sentido de la palabra indica, debe ser un tiempo que sirva para desconectar, pero sobre todo para descansar. Y parece lógico, pero a menudo no descansamos lo suficiente. Según el doctor Padrós, “no haría falta marchar a la otra punta del mundo”, y “no sería necesario” acudir a tantos festivales de música. A veces vale más no hacer nada, “vale más holgazanear”, es decir, “disfrutar del espectáculo del entorno y poner la mente en blanco, lo cual ayuda a ordenarnos”.
Personalmente, aconseja los momentos en el bosque, escuchando “los sonidos de la naturaleza”. Asegura que estos “momentos de tranquilidad” son después los que te permiten “tomar decisiones de manera más reflexiva”.
Para Dolors, es importante hacer tareas previas, de anticipación. “El autocuidado”, cuidarnos a nosotros mismos durante el año, nos debería servir para no llegar a final de curso sacando el hígado por la boca deseando que lleguen las vacaciones. “Esto resulta contraproducente”, hace que después no aprovechemos realmente el descanso, porque es cuando aparecen “los dolores de cabeza, los dolores de garganta, las anginas…”.
Diferente afectación entre hombres y mujeres
La vicedecana cree que el papel que les ha tocado jugar a las mujeres en la sociedad de hoy en día las ha llevado a “tener más capacidad de adaptación, a conectar más con las emociones”, lo cual permite detectar antes problemas internos y pedir ayuda externa con más facilidad que los hombres. Este, en cambio, “es menos permeable a los cambios, se adapta menos [a las nuevas situaciones] y le cuesta más verbalizar su malestar”. Por todo ello, es más habitual ver hombres enfurecidos que mujeres los primeros días de regreso al trabajo.




