Si Arniches levantara la cabeza

Madrid

La familia de Carlos Arniches fue propietaria de la finca entre los años 20 y 30 del siglo pasado. Está documentado que en el lugar, el comediógrafo y su mujer Pilar Moltó, organizaban veladas literarias en las que invitaban a un recién llegado Rafael Alberti. La finca era un lugar de recreo como los fueron las quintas, muchas de ellas protegidas por el Ayuntamiento de Madrid y convertidas en parques municipales. Ahora, sobre la finca pende una espada de Damocles. Las actuales propietarias, la congregación de Madres Adoratrices, tienen la intención de vender el terreno para sufragar sus programas sociales.

Hasta hace una quincena de años, en la finca se albergaba una comunidad terapéutica de la Agencia Antidroga. Pero desde entonces, sólo vive en ella el guardés y su familia. Una cancela roja le prohíbe la entrada a cualquiera que no sea de la propiedad. La Plataforma Salvemos Hortaleza ha iniciado una recogida de firmas para salvar de la venta a este remanso verde entre la M40 y la M11. Frente a él, se encuentra el parque empresarial Crisalia cuyos empleados estacionan sus automóviles en la calle que da acceso a la propiedad.

Según se ha publicado, la congregación religiosa está esperando la aprobación de un Plan Especial para el lugar que facilitaría la venta de los terrenos, la construcción de oficinas y más viales para el acceso a las autovías que circundan la zona. Por el momento, Los Almendros, o la Huerta de Mena no disfruta de ninguna protección que impida su venta.