El Templo de Debod: 50 años de la mayor muestra egipcia en Madrid
El 18 de julio del año 1972 se inauguraba en el centro de Madrid el templo egipcio de Debod, regalo del gobierno egipcio al español en agradecimiento a la colaboración por el salvamento de los templos de la presa de Aswan. Cinco décadas después sigue siendo uno de los lugares más visitados de la ciudad y un ejemplar único en lo que respecta al escenario egiptológico internacional
50 años con Debod, el templo más grande fuera de Egipto
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Madrid
En efecto, el templo de Debod es el templo más grande que hay fuera de Egipto. Se trata de una construcción levantada originalmente por el faraón kushita Adikhalamani, en el siglo II a.C. Emplazado originalmente a 10 kilómetros al sur de la moderna presa de Aswan, sobre la orilla oeste del Nilo, era uno de los lugares de peregrinación más importantes de todo Egipto. Aunque originalmente los reyes meroíticos lo destinaron al culto del todopoderoso dios Amón, algunos de los Ptolomeos de los siglos II y I a. C. lo engrandecieron y lo destinaron a los cultos de la diosa Isis, ritos que continuaron años después con las remodelaciones llevadas a cabo por los emperadores romanos Augusto (63 a. C. 14 d. C.) y Tiberio (42 a. C. 37 d. C.).
Lugar de peregrinación
Según las investigaciones del Dr. Santiago Montero de la Universidad Complutense de Madrid, el templo de Debod estaba directamente conectado con el de Isis en la isla de Filae. La tradición egipcia relata que fue precisamente en Debod en donde la diosa Isis sintió los dolores del parto de su futuro hijo Horus, el dios halcón, concebido como fruto de su relación con Osiris el dios de la muerte.
Como es lógico, el templo ha cambiado mucho su aspecto exterior original si lo comparamos con el que tiene hoy en el madrileño Parque del Cuartel de la Montaña. Al igual que todos los santuarios antiguos, el templo de Debod estaba rodeado por un muro que delimitaba el recinto sagrado. Dentro de él había diferentes estancias hoy desaparecidas y que estaban destinadas a cubrir las necesidades de alojamiento y almacenamiento de enseres de los sacerdotes que allí vivían. Además el templo contaba también con un lago sagrado, ubicado junto al extremo norte del recinto, en el que se llevaban a cabo todas las ceremonias destinadas a recrear el momento del origen del mundo a partir de las aguas del caos.