"Esto es horrible. Tengo que pasar todo el día fuera y cuando estás en la calle el calor no te lo quitas ni con agua": el sufrimiento de las personas sin hogar durante la ola de calor

Madrid

Cada vez son más las personas en situación de sinhogarismo, el 70% son hombres y el 30% mujeres, alertan desde Cáritas. Según la organización, en estos momentos están detectando que los ingresos en sus centros de acogida son perfiles cada vez más jóvenes, entre 18 y 24 años, en situación de calle, de administración irregular o con problemáticas de salud mental no diagnosticada. Rebeca Martínez, responsable del centro CEDIA 24h de Cáritas: "Cubrimos sus necesidades básicas. Pueden dormir en parques pero el resto del día lo pueden pasar aquí. Ahora en verano hay muchos centros cerrados. Les damos el servicio de comedor con cinco comidas al día, de duchas y de transporte. Tienen un local climatizado en el que vienen sobre todo los fines de semana en el que realizan talleres y actividades". Sus problemas para vivir dignamente se han visto agravados estas últimas semanas por las temperaturas extremas que superaban muchos días los 40ºC.

Natalia tiene 45 años. Es de Madrid y lleva poco tiempo viviendo en la calle, pero ha sido tiempo suficiente para sentir en sus propias pieles las dificultades que supone no tener un hogar con tu propia cocina, con tu nevera o con una ducha disponible las 24 horas en sus días de menstruación: "Las mujeres tenemos problemas íntimos a patadas... que te salgan "ronchoncillos" por el sudor. Solo tenemos un rato para ducharnos por la noche y no podemos decir 'pues ahora me pego una ducha y me pego otra' y se lleva bastante mal [...] Entramos y salimos, entramos y salimos... tenemos que estar todo el día en la calle buscándonos la vida donde sea. Tenemos una compañera que solo puede entrar a comer y ha estado durmiendo cuatro días en la calle lavándose las bragas en una fuente sin ropa y sin nada, con lo puesto porque le habían cerrado las puertas de su casa"

Además, las olas de calor no puede pasarlas ni bajo un ventilador ni en una piscina. Sus aliadas, cuando está fuera del centro CEDIA, son las sombras: "Buscamos parques con sombras y fuentes pero yo prefiero estar aquí porque podemos entrar cuando tenemos alguna cosa que hacer. Podemos usar el ordenador y ver la televisión. Dentro de lo que cabe... se lleva. Cuando asumes por lo que estás pasando se va llevando pero se sufre muchísimo". Sin embargo, si le preguntamos qué es más duro para ella viviendo en la calle, el frío o el calor su respuesta es rotunda: "Yo creo que el calor, porque el frío quieras o no te abrigas y más o menos lo puedes pasar. Pero el calor... si tienes un sitio donde quedarte pues perfecto, pero estando todo el día en la calle y moviéndote todo el día para un lado y para otro haciendo papeles... el calor no te lo quitas de ninguna manera. Con agua, y tampoco."