Continúan las colas del hambre: "No quieren reconocer que en Madrid hay un problema"

"Yo duermo tranquila, porque sé que estáis ahí", le dijo una vez una vecina a Rogelio Poveda, el presidente de la Red de Apoyo Mutuo de Aluche. Lo tiene grabado. Es la frase que le da sentido a todo el esfuerzo que realizan desde la asociación.

Todo comenzó hace 2 años, durante el confinamiento, cuando unos voluntarios se movilizaron para llevar comida a las personas mayores que no podían salir de casa. Ahora, esta red de apoyo, que se nutre de donaciones privadas, trabaja para que los vecinos más vulnerables tengan acceso a una alimentación de calidad y asistencia psicológica, así como para brindarle a sus hijos medios suficientes para estudiar. "Nosotros hacemos barrio", insiste Rogelio.

Todos los sábados, frente al número 67 de la calle Quero, se forma una cola de más de un centenar de personas, de todas las nacionalidades, profesiones y edades. Yuliya es una mujer ucraniana con un hijo dependiente, a quien solo le salen trabajos puntuales en el sector de la limpieza; Andrea es un periodista venezolana, que vino a España hace 5 años y para quien pagar la cuota de autónomos este año ha sido inviable; Raquel es una maestra española que pidió ayuda a la asociación mientras opositaba y que ahora, como agradecimiento, ejerce de voluntaria. "Si no tienes redes de apoyo, si no cuentas con personas como ellos cerca, el camino se hace muy largo", asegura esta última. Por su parte, Andrea subraya que a algunas de las personas de la cola, el sueldo no les da para cubrir necesidades básicas: "trabajan, pero trabajan precariamente".

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Durante la mañana, los voluntarios descargan palés, ordenan la comida y entregan las bolsas. Carla Peisoto, una de ellos, atiende a una familia de 9 miembros, 5 de ellos niños, en cuya casa no entra ningún sueldo. "No tienen para comer... Pensamos que estas cosas no pasan en Madrid, pero sí suceden. Hay que venir a verlo y vivirlo", sentencia.

En total, reparten 7 toneladas de alimentos todas las semanas. Después, se acercan al mercado buscando donaciones de distintos puestos. Uno dona un costillar, otro unas salchichas, otro unos filetes. "Intentamos que coman proteína', explica Rogelio. Durante su paseo por el mercado, se acerca una mujer, con una niña en brazos. "¿Sois los de la asociación? ¿Qué necesitáis? Me gustaría contribuir con un saco de patatas o una caja de manzanas".

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La asociación ayuda a cerca de 320 familias, y aunque cuenta con el doble de solicitudes, no dispone de recursos para atender a más. Rogelio critica la nula acción municipal: "No llegamos a donde la administración no llega, sino a donde no quiere llegar. Tiene medios y tienen locales suficientes, pero no quieren reconocer que en Madrid hay un problema".

Estas semanas, coincidiendo con una de las "vueltas al cole" más caras en décadas debido a la inflación, se encuentran realizando una recogida de material escolar. El programa de la Comunidad de Madrid, 'Accede' solo facilita el acceso a los libros de texto, pero no a otros utensilios básicos, por lo que desde la red piden donaciones de cuadernos, compases o calculadoras.