Nuevos testimonios apuntalan el caos en las urgencias de Ayuso: "Si estás mala vete, pero tengo que alegar abandono del puesto de trabajo"
Miriam, enfermera del centro de Galapagar, tuvo que atender sin médico y acabó sufriendo una crisis de ansiedad. Sus superiores alegaron que si se iba constaría como abandono del puesto.
Nuevos testimonios apuntalan el caos en las urgencias de Ayuso: "Si estás mala vete, pero tengo que alegar abandono del puesto de trabajo"
Madrid
El patrón vuelve a repetirse como en el caso de Yolanda, la enfermera que tuvo que atender sin médico a un niño con convulsiones. Miriam, una enfermera, tuvo que atender sola el centro 24 horas de Galapagar durante el día de todos los santos. No había médico. Únicamente el dispositivo atendido por esta enfermera y un celador, a pesar de que el último acuerdo firmado por la Consejería incluía el compromiso de que hubiera al menos un profesional de cada estamento. "Cuando yo entro a las 8 de la mañana, llamo a la directivo que está de guardia y le comunico que el Centro está sin médico. Y me dice que si quiero asumir la guardia. Yo le digo que estoy ahí pero que quiero comunicar que está sin médico".
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La situación fue tal, que acabaron personándose autoridades del municipio como el alcalde y un diputado autonómico con la intención de denunciar ante la Guardia Civil la falta de profesionales en el centro. Las autoridades no aceptaron la denuncia, ya que no eran ellos los afectados directamente, pero sí tomaron nota de la situación. Un nuevo caos ante el que la enfermera acabó derrumbándose: "En ese momento caigo. Me derrumbe. Me da una crisis de ansiedad delante de ellos. No lo puedo controlar".
Miriam trató de comunicar, de nuevo, la situación a su superior. No estaba en condiciones de atender el centro pero le dejaron claro lo que pasaría si se iba a casa: "Estaba respirando muy rápido, llorando, me superó la situación. Llame a la directivo y dije que me iba, que así no podía trabajar. Ella me dice que si estoy mala que me vaya y que tiene que alegar que es abandono de mi puesto de trabajo. Yo le digo que ese centro no debería estar abierto porque no se está cumpliendo con lo firmado" relata esta sanitaria con más de doce años de experiencia.
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Miriam aguantó, tiro de profesionalidad, y a pesar de las condiciones, del nerviosísimo y de la presión, siguió atendiendo pacientes leves hasta que, como en el caso de Yolanda, llega una auténtica urgencia. "Después de llevar 35 personas vistas, me entra una urgencia. Una reacción alérgica alimentaria. Se le ha cerrado la garganta, una menor". La niña acude con su madre, también enfermera. Y se repite el caso. También tiene que pedir la supervisión por teléfono de un médico para dar el tratamiento. Consigue hablar con un médico y estabiliza a la menor que es trasladada a un hospital.
Lo sucedido en esas horas empieza a correr por redes sociales y grupos de Whatsapp. En ese momento, Miriam vuelve a recibir una llamada de su superior. "Le llega que se están moviendo cosas por redes. Y entonces me dijo, textualmente, recogí las palabras por escrito, que fuera responsable de mis actos y mis palabras". La enfermera no consiguió que le explicaran que quería decir con esa frase . Pero las consecuencias llegaron enseguida. "Sufrir esto es muy desagradable. Estaba muy decepcionada, me sentía muy frustrada y a la vez con una parte de miedo. Es decir, por decir que se está abriendo algo de manera inadecuada puede ser que a mí me cueste el trabajo. Y es lo que no quiero". Y solo lo cuenta porque no quiere que se repitan situaciones como las que tuvo que vivir el pasado martes.
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