Los 'olvidados': una biblioteca en Carabanchel, un campo de fútbol en Campamento y una colonia en Hortaleza
En esta nueva entrega de los 'olvidados de Madrid' recogemos nuevas quejas vecinales por lugares, equipamientos o espacios que llevan tiempo abandonados
Madrid
A unos meses de que comience la carrera electoral, vemos como el Ayuntamiento empieza a dar salida a equipamientos que llevaban años sin uso y abandonados. Es el caso del frontón Beti Jai, del polideportivo de La Cebada o del Palacio de Sueca. Y luego está el caso de la biblioteca de Carabanchel Alto. Es un asunto muy particular y llamativo porque hace unas semanas el Ayuntamento anunció que se autorizaba su construcción en ese barrio. Pero es que ese proyecto lleva anunciándose desde principios de legislatura. Y no solo eso, sino que se dijo que esta legislatura estaría funcionando y, según los plazos marcados, eso ya es imposible.
Así que los vecinos de Carabanchel, como Chema Pardo, con el que hemos hablado, se quejan de que el Ayuntamiento vende como un éxito algo que en realidad es una promesa incumplida.
También hemos hablado de la situación de abandono en la que se encuentran los vecinos de la colonia Orisa, un pequeño enclave en el distrito de Hortaleza que se levantó en los años sesenta de la mano de la constructora de su mismo nombre, Orisa. Cuando llegó el momento de urbanizar la colonia, se creó una mancomunidad, de manera que la urbanización dependía de los vecinos. Así que hoy, la colonia Orisa, es como un barrio anticuado, "como del siglo pasado si lo comparamos con los barrios colindantes". Además, hay restos arqueológicos que los vecinos reclaman que se rehabiliten. El Ayuntamiento se escuda en que es un lugar privado y, por tanto, en que no tiene competencias para intervenir. Nos lo ha contado uno de sus vecinos, Luis Gómez.
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Javier Minaya es el entrenador de la categoría alevín del Club Deportivo Campamento. Se queja de que las intalaciones están muy anticuadas, apenas se han tocado en los 75 años de historia del club. Pero no culpa del abandono al Ayuntamiento. En realidad, los terrenos pertenecen al Ejército, que es quien en su día se los cedió. No obstante, se lamenta de que la corporación municipal ha ido mejorando los campos de futbol de los barrios colindantes y eso "nos repercute en que muchos niños al final opten por irse a otros clubes".